27 Celos de nuevo

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Los siguientes días pasaron tranquilos entre ellos Victoria se se dividía entre pasar tiempo con sus hijos y con César, ya estaban bastante adaptados a la nueva realidad. Nuevamente la obra de teatro en la que ella participaba estuvo varios días de gira, un poco mas de una semana, al volver César grababa en foro así que se decidió a hacerle una visita antes de llegar a la casa.


X: ¡Victoria, que sorpresa! ¡Es un placer tenerte de visita en mis grabaciones!

V: Muchas gracias ¿Cómo estas?

X: Muy bien, todo esta saliendo perfecto. Tu galán esta haciendo unas escenas envidiables.

V: Hablando de él, ¿sabes donde puedo encontrarlo?

X: Creo que esta en su camerino, justo estamos en un descanso.

V: Gracias, nos vemos.

X: Siempre será un placer mi Queen.

Victoria sonrió por el apelativo, aunque ya estaba acostumbrada no podía evitar que el corazón se le hinchase de felicidad cada vez que alguien la llamaba así.

La confianza era tal que Victoria creyó que no seria necesario llamar a la puerta del camerino antes de entrar, primer error. Al abrir la puerta se encontró un César perfectamente arreglado sonriendo con ganas a un mujer que tenia demasiado cerca para opinión de Victoria. Era la misma mujer de la noche de la cena de gala. Ella le colocaba con sensualidad la corbata del traje mientras ambos reían. Victoria tosió para hacerse notar.

C: ¡Victoria!

César tragó en seco al ver la expresión que la mujer tenia en su cara, sabia que tendría problemas en cuanto estuvieran a solas. Intentó enfriar un poco el ambiente, sin éxito porque su compañera no ayudaba mucho.

C: Ven, te voy a presentar a mi nueva compañera, Patricia.

Presentaciones a parte la cara de Victoria era un poema no podía evitar fulminar con la mirada a aquella joven que no se despegaba de su hombre.

P: César es un compañero maravillo soy con mucha experiencia en todo, siempre dispuesto a ayudar. He aprendido muchas cosas con él.

Aquella chica pasaba uno de sus brazos por detrás de César mientras reposaba la cabeza en su pecho y colocaba la palma de su mano allí mismo. Él no quería ser grosero e intentaba apartarla disimuladamente pero sin éxito.

P: Le estaba ayudando a colocarse su corbata porque si es bien torpe para eso.

Victoria en sus adentros estaba prendida fuego, claro que ya sabia que su hombre era torpe para esas cosas llevaba muchos años ayudándolo con las corbatas pero quien demonios se creía ella para hacer eso.

V: Que bueno, yo venia solo a saludarte. En realidad no tengo mucho tiempo así que me retiro, se ve que están ocupados con las grabaciones.

P: La verdad que si eh César. Además que hoy tenemos escenas complicadas, necesitamos estar bien relajados (riendo)

César abrió los ojos todo lo que pudo y tragó saliva con fuerza. No sabia que hacer, no sabia que decir, se había quedado paralizado.

P: ¿César?

C: ¿Eh? Si, si. Hoy tenemos mucho trabajo pero aun tengo tiempo para un café con Victoria.

V: No ¿Cómo crees? Relájate con tu compañera hombre, se les veía muy compenetrados.

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