2. Perdón

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La función fue un éxito total como cada vez que actuaban y después de celebrarlo durante un rato cada uno volvía a su camerino. A lo largo del pasillo Victoria iba metida en sus pensamientos recordando el momento que había vivido horas antes en aquel camerino al que ahora se dirigía.


Abrió la puerta y entró rápido ,cerró la puerta y se recostó en ella cerrando los ojos y respirando profundo.

V: Maldita sea! (toda la habitación olía al perfume de César)

Abrió los ojos y recorrió con ellos toda la habitación. Cuando su vista llegó al tocador se encontró con un sobre y una rosa, frunció el ceño y se acercó para tomar el sobre con sus manos, lo abrió y leyó en voz alta.

V: "Te espero en el aparcamiento, por favor necesito hablar contigo."

Un bufido se escapó de su boca, recogió todas sus cosas y se encaminó al aparcamiento.

Una vez allí divisó el coche de César, avanzó con pasos decididos y tomó una bocanada de aire antes de abrir la puerta del copiloto y sentarse en el asiento.

V: Dime lo que sea rápido, quiero perderte de vista cuanto antes.

C: ¿Tanto odio guardas hacia mi?

V: Mierda César, no digas estupideces y termina de una vez.

C: ¿Podemos ir a otro lugar?

V: César...

C: Por favor, necesito contarte algo importante.

V: (pensando unos minutos) Está bien, quiero terminar rápido con esto, vamos.

César arrancó el motor y se puso en marcha, tras unos 15 minutos de silencio sepulcral llegaron a un mirador desde el cual se podía divisar toda la ciudad en la que se encontraban, era una vista maravillosa.

C: ¿Prefieres que nos quedemos en el coche o nos bajamos?

V: Necesito bajarme, me estoy ahogando aquí dentro. ¿Se te cayó el frasco del perfume hoy o que?

César no pudo evitar soltar una sonora carcajada que hizo que Victoria soltara una leve sonrisa.

C: Veo que el humor te ha mejorado un poco. ¿ Nos sentamos en aquel banco?

V: Vamos.

Una vez sentados en el banco miraron unos segundos la vista que la cuidad les ofrecía desde aquel punto.

V: Es una vista hermosa, ¿Cómo sabias de este lugar?

C: La verdad no sabia, busque en Internet lugares bonitos aquí y encontré éste, pero si esta bien hermoso, aunque no mas que tú. (le acarició la mejilla)

V: César... por favor

C: Te extrañé... He vivido todo este tiempo trabajando sin parar para intentar no pensar en ti, pero es imposible Victoria porque al final del día siempre termino en una cama vacía y ahí es donde empieza mi tortura diaria, mi cabeza empieza a pensar en ti y...

V: Y ni una sola llamada en todo este tiempo, es una manera bastante peculiar de extrañar a alguien César. Mi número de teléfono sigue siendo el mismo y encontrarme es un trabajo bastante fácil para ti así que perdóname si pongo en duda tus palabras.

C: Créeme que tuve el teléfono en la mano muchas noches con tu nombre en la pantalla, pero me falto el valor. Me porte como un idiota en Perú, te dije cosas que en realidad no sentía solo estaba cegado por las palabras que se repetían en mi mente...

Perdóname Victoria, se que no merezco que me dirijas ni la palabra pero por favor perdóname, no puedo vivir sabiendo que me odias.

V: Yo no te odio, nunca podría llegara odiarte pero me hicieron mucho daño tus palabras. ¿Sabes como me sentí? Y lo peor no fue el momento de la discusión porque como siempre yo a la noche ya esperaba impaciente nuestra reconciliación, lo peor fue la indiferencia de los días siguientes hasta que terminamos la gira, ni una palabra mas me ofreciste César. ¡Ni una maldita palabra!

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