Capitulo:4

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[Alexei]

Y se fue así sin más, dejándome la bolsa con comida como si no le importaran demasiado, se me había cruzado la idea de seguirla, la mirada de Mark me informó que la culpa de que se molestara había sido mía, además de que en el momento por la impresión de como se atrevió a hablarme de esa manera me dejo paralizado y tonto.

Me di la vuelta y salí de ahi hacia el estacionamiento del hospital, mi orgullo había sido muy grande como para seguirla. O la humillación que sentí hacia mi mismo, la arrogancia de alguien porfin había opacado la mía y eso era de admirar.

Dentre al auto al mismo tiempo que Mark.

-¿Qué hice mal?- pregunte a Mark dejando escapar un suspiro.

Sabía que no estaba en la edad de preguntarle a los demás cuales habían sido o eran mi errores, sin embargo con ella parecía todo un novato o me sentía en la necesidad de cuidar mis palabras, mis gestos y mis acciones es que... parecía una muñeca apunto de romperse, sus ojos hermosos pero débiles, las ojeras que lo adornaban, su cuerpo pálido y la delicadeza en cada gesto.

-Tratarla como a una de sus empleadas- contesto.

-¿Qué tiene que ver eso?- respondí confundido. ¿Cómo que como mis empleadas? Si con ellas no me considero ser alguien que les de ordenes, oh... ya entiendo, si resultó ser un mandon perfeccionista y psicópata, quizá un poco duro con ellas, pero en ningún momento eh tratado a Elizabeth de esa manera...

-A ver señor Novakov, la señorita Elizabeth no creo que sea de las típicas mujeres que se dejan dar ordenes por hombres orgullosos y egocéntricos.

-No creo que sea la razón, todas me obedecen.

-Pues esta muy equivocado, así como la señorita Elizabeth hay más, así que le aconsejo que con ella cambie su forma de conquistar.

-No pienso cambiar por alguien- conteste- es cierto que había cometido un error y lo estaba aceptando, pero cambiar, eso no había estado en mis planes o almenos por alguien. Y mucho menos por una desconocida inmadura, egocéntrica, arrogante, ingenua, y... y... hermosa, sus labios carnosos, sus curvas.

Carajo.

-Entonces no esta lo suficientemente maduro como para tratar de tener una relación con ella- hablo Mark. Sus palabras me tomaron con la guardia baja, pengando justo en mi orgullo.

-En mis planes no estaba tener una relación con ella o algo parecido- hable desde la amargura y la desesperación.

-Le recuerdo que lo conozco desde pequeño y su mirada dice muchas cosas que usted no se atreve a decir- dijo muy seguro, lo mire por el espejo retrovisor encontrándome con su mirada, una que me dio el consuelo que necesitaba, quite la mía rápidamente con molestia, a pesar de todo no quería lucir débil o inseguro, mejor dicho no debía de hacerlo no era algo digno de un Novakov.

-Llévame al club, estoy seguro que ella es solo un capricho- trate de contradecir a mi corazón, lo intentaría, trataría de sacármela de la cabeza y seria solo para demostrarme que podía tener a la mujer que quisiera rogando a mis pies.

Mark puso el auto en marcha, entendió que no quería hablar.

La molestia crecía con el pasar de los minutos, en toda mi vida las mujeres siempre me habian obedecido, rogaban por mi atención, piden a gritos una mirada mía o que una palabra salga de mi boca aunque sea una de desprecio, a Elizabeth le había importado poco mi cara bonita desobediendome, y dándome el derechazo justo en mi debilidad. ¿Qué carajos había hecho?, en su mirada se notaba con la ímpetu que observaba mis ojos, pero al parecer ni su admiracion resultó ser suficiente.

Destino O Casualidad [en proceso] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora