Capitulo:11~

259 25 3
                                    

[Elizabeth]

Un moja bragas.

Si definitivamente eso es lo que era, un maldito moja bragas jodidamente sexi, carajo. Sus últimas palabras habían hecho que mi cerebro dentrara en imaginación. Su saco azul al igual que sus pantalones y su camisa desabotonada a propósito no ayudaba en nada, dejaba ver parte de sus músculos, además de que ni el saco servía para mostrar lo marcado de estos.

Espero y sea uno de esos trajes con relleno, porque si son de verdad perdería la conciencia al ver su abdomen... torso y espalda sin nada por encima. Si o si tenían que ser rellenos por el bien de la humanidad.

-¿Solo seré yo quien anhele dormir contigo?- susurre con la piel ya herizada por su cercanía, apretaba su puño con fuerza, reprimiendo las ganas de tomarme de la cintura y besarme, lo notaba. Sus orbes tan fascinantes, lo apetitoso que resultaban sus labios el efecto de que mi vientre quemara las pocas veces que logre tenerlos cerca

-Yo ya lo hago, poder acariciar tu piel y borrar cada rastro de otro hombre sobre ella- mire atenta como decía cada palabra.

-Eso es algo imposible- trage grueso y sentí los nervios recorrer mi cuerpo. Esa sensación de que tus piernas fallan y te vuelves torpe hasta en el respirar.

-No lo es, no para mi, mia bella.

-¿Qué es lo que quieres desconocido?- pregunte en susurro, el brillo en sus ojos me hizo temblar, deseo...lujuria.. una intensidad con la que apreciaba mi rostro especialmente mis labios. Nuestras pupilas buscándose constantemente y no querer desconectarse del otro.

-Te quiero a ti...- susurro cerca de mis labios y sin esconder sus intenciones, quería besarme, yo quería besarle, no había sentido este deseo desde... desde nunca. Este sentimiento nuevo de dejar que tomara mis labios entre los suyos, que me dejara probar de ellos y comprobar si sabían tan bien como se veían.

Me atreví a ponerme de puntillas acercándome más a su boca, su aliento rozo el mío, me perdí en su mirada y no tomé prisa alguna por pegarme a su boca.
Busque sus manos torpemente, e indecisa, al encontrarlas en puño me atreví a extenderlas y guíe una hasta mi cintura, esta me estrujo con fuerza, no entiendo de donde saqué el maldito coraje para hacerlo, pero quería sentir sus caricias, quizá la llama en mi corazón me había impulsado a ser tan atrevida.

Me sujeto de la cintura haciendo que estar de puntillas ya no fuera tan incómodo, lentamente me atreví a posar mi mano en su rostro, y contemplando levemente su piel cerro los ojos y se recargo más en mi mano, disfrutando del tacto. Su comisura se elevo un poco, dejándome grabar en mi mente una sonrisa resplandeciente.
Tomo mi mano dándole calor con la suya y depositando un beso en ella bajo mi atenta mirada, sentí el calor de su piel en mi cuello contemplando la piel descubierta de este, poco a poco tomo más territorio sobre el, cerré mis ojos por los recuerdos atormentandome al sentir su mano más pesada de lo normal. ¿El no me haría daño, cierto?, ¿no se aprovecharía de la ventaja que tenía para hacerme daño?.

Yo le había dado esa ventaja.

¿Cómo pude hacerlo?.

-¿Estas bien?- su pregunta me obligó a abrir los ojos, ahora se mostraba confundido observándome fijamente.

-No puedo hacerlo- susurre asegurándome que lo escuchara- ellos están atormentandome, lo siento...

-¿Te disculpas?- su pregunta hizo que lo mirara confundida- ¿Por qué tendrías que disculparte?- contemplo suavemente mi piel.

-Me siento culpable...- susurre, me sentía mal, realmente sentía culpa por no poder ir más allá, algo tan sencillo como un simple beso.

-Cariño...- carajo ese "cariño" nuevamente, sin duda la química entre los dos era inefable, es como lo describiría- el mayor placer que me has podido dar es el de tocar tu suave piel y perderme en el calor de ella.

Destino O Casualidad [en proceso] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora