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19 de Octubre del 2022

ANA SOFÍA

Desde mi llegada a Italia hace dos días, he estado habitando con uno de los seres más maravillosos que conocí de adolescente, su nombre es Mattia Fiorucci y tenemos anécdotas increíbles con Santi, entre ellas, la vez que casi provocamos que la madre de mi amigo muera de un ataque al corazón, por lanzarnos desde un acantilado cerca de su casa de verano en la costa, teniendo en cuenta que su hijo no sabía nadar perfectamente.

Al aterrizar decidí quedarme en Roma por esos dos días para darle tiempo a Matt de terminar las consultas en la clínica, es uno de los médicos pediatras más reconocidos de Italia y uno de los chicos más codiciados también, solo que a pesar de que hasta yo en mis tiempos de adolescente hormonal quise tener algo amoroso con él, no fue posible, termino enamorándose del Avilés incorrecto, mi hermano mellizo.

Mattia- Ciao bella- me toma de sorpresa en la cocina del departamento que comparte con Lorenzo, su novio- Buongiorno.

Ana Sofía- Ciao Matt- lo saludo con la cabeza porque si quito la vista de la comida, seguramente se quema, anoche me paso eso y no pienso comer nada recalentado- ¿Lorenzo?- antes de que me hable en italiano de nuevo lo detengo- Ricorda che non parlo italiano.

Lorenzo- Parla molto bene l'italiano, bella- me saluda con una sonrisa- Por cierto, buenos días- me molesta porque lleva dos años viviendo en Italia, pero habla perfecto el español porque nació en Ecuador.

Ana Sofía- Llevo viviendo con ustedes dos días y ya no los aguanto, solo tengo unas frases bajo la manga, pero no hablo fluido el idioma- ambos están listos con las maletas, estarán conmigo una semana en Portobello, Mattia debe regresar antes del 24 de octubre porque tiene una cirugía programada a primera hora, pero también quiere pasar tiempo con su amiga- Enzo vigila el desayuno, me voy a duchar.

Lorenzo- No tardes tanto Annie y no dejes el agua corriendo, si no te voy a cobrar cada gota- me grita mientras subo las escaleras hacia la habitación de invitados.

Busco lo más cómodo dentro de mi maleta e ingreso al baño, los días que llevaba desde la salida del hospital habían estado tranquilos, pero comprendo que aún no llega lo más fuerte dentro de mi "rehabilitación voluntaria", todavía me falta quedarme sola a un lado de la costa con mis propios demonios asechando; horas antes de viajar, visite a Dalia en el ala psiquiátrica, quedamos que apenas regresaba a mi mundo real, yo me comunicaría de inmediato con ella. La empresa ya estaba bajo el mandato de Alejandra, con la supervisión de Mariana, Caro se ha estado encargando de los documentos que mis nuevos socios deberán firmar para dejar en claro la sociedad.

Salgo con el cabello envuelto en una toalla y mi cuerpo cubierto con las prendas, a pesar de que los dos hombres con los que vivo son homosexuales, no me voy a pasear por ninguna parte casi desnuda; reviso el teléfono mientras seco el león que se mudó a mi cabeza, tengo mensajes de Berny avisando que Maggie llegó bien a la finca, otro de Luciana pidiéndome ayuda porque no se acuerda donde dejo un par de camisetas en el departamento en España y Luke que da quejas por los desastres que nuestra hermana hace, ninguno de los dos puede viajar hasta después de noviembre; no pienso meterme en problemas con ninguno, así que les tocará resolverlo solos.

Paso el secador un par de veces más para secar el cabello con la ayuda de uno de mis cepillos, coloco perfume y acomodo de nuevo todo dentro de la maleta; en medio de esa ardua tarea, escucho una notificación en mi celular, me acerco para tomarlo y sonrío al instante, Juan Pablo me devolvió el mensaje que le envíe al despertar.

Ojitos: Buenos días amor, perdón por no contestar antes, pero seguíamos en el estudio y Sarah sigue de intensa con no dejarnos tomar el teléfono... ¿Cómo está la estadía en Portobello?

BUSCANDO EL AMOR VERDADERO (Juan Pablo Villamil- Morat)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora