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31 de marzo 2023

ANA SOFÍA

Despierto con el dolor de cabeza más insoportable de mi vida, no puedo decir que soy un ángel cuando salgo con mis amigos en temas de alcohol, más de una vez me he sorprendido de no haber tenido un coma etílico, pero el malestar que tengo hoy, puede estar en el número uno de los peores de mi vida y claramente no ayuda mucho que Juan Pablo este roncando en mi oído como locomotora, suelo amar a este hombre con todo y sus ronquiditos, pero simplemente en este instante solo quiero salir corriendo de la habitación de hotel.

Intento zafarme del abrazo de oso en el que me encuentro atrapada, pero si quito la mano de Juan Pablo, sé que es capaz de aprisionarme de nuevo a como dé lugar, mi lindo novio suele ser un poquito sobreprotector cuando ingiere alcohol; en un impulso, levanto el brazo de Villa y corro hacia el baño, me quedo allí hasta que estoy segura de que se volvió a dormir, rogándole a lo que sea que exista, que no se repita lo que sucedió en la madrugada luego de un pequeño trueque que realizamos, no porque no quiera, sino porque estoy sumamente agotada.

Flashback

Con un poco de ambiente dentro de nuestra habitación, porque por obvias razones no termino la salida en el lugar al que fuimos y porque con alcohol todo cambia, terminamos haciendo lo que no debíamos.

Me encuentro sobre mi novio, la idea de estar pendientes de Samuel y Susana se fue al bote de la basura al sentir los besos de Juan Pablo en la curva de mi cuello, sabe perfectamente que aunque odio que me toque esa zona, también es mi punto débil al tener intimidad y aunque estemos bastante pasados de copas, no se olvida ese pequeño detalle; busco debilitarlo con los espacios en su cuerpo, en donde sé perfectamente que lograré subir su temperatura, paso por su cuello hasta llegar al borde de sus clásicos pantalones negros y de un solo tirón, los hago desaparecer.

Cuando pretendo hacer mi obra maestra para dejar todo por la paz, me sorprende totalmente y me logra dar la vuelta, dejándome aprisionada contra la cama, sin ninguna intención de que me convierta en la niña mala que suelo ser cuando hacemos el amor.

Villa- Hoy no- sus ojos están negros, no sé si por la excitación o por la cantidad de alcohol en nuestra sangre- ahora me corresponde ser el malo de la ecuación preciosa.

Y tal como me advierte, busca a tropezones en su maleta un par de tenis para quitarle las agujetas y amarrarme a la cama; comienza dejando un morado que me puedo asegurar, me va a costar demasiados días para que desaparezca, así que como venganza, tomo un pequeño impulso para alcanzar su hombro, dejándole uno exactamente igual.

Villa- Ey, que crees que está haciendo señorita Avilés?- en medio de mi embriaguez, le coloco una cara tierna- esto no puedo cobrarlo como quisiera ahora, pero quedará pendiente.

En medio de risas, porque claramente no está hablando por hablar, se dirige al valle de mis senos, en donde antes del morado, ya había despejado el camino y se encarga de consentir cada uno de mis pezones; intento con todas mis fuerzas ahogar mis gemidos con una de las almohadas, algo que al parecer no le agrada nada.

Villa- Amor déjame verte- quiere quitarme mi escondite- Sofía, por favor no quiero que te tapes la cara.

Ana Sofía- Como quieres que....- al parecer si iba a ser malo conmigo, porque ni siquiera me deja explicarle mis motivos para tapar mi boca y de un solo tirón ingresa en mi- si no te mueves, voy a volver debajo de la almohada.

Y como un comando en automático, hace exactamente lo que le solicito, dejándome sin querer, el mando de la situación, mientras le ruego a lo que sea, no hacer tanto ruido y por supuesto, poder acordarnos en la mañana de todo lo que suceda.

BUSCANDO EL AMOR VERDADERO (Juan Pablo Villamil- Morat)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora