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09 de noviembre 2022

ANA SOFÍA

Es pasada la medianoche en Madrid y yo sigo llorando como magdalena, luego de que Frank me dejará en la entrada del residencial en donde viven mis amigos españoles, me rencontrará con ellos y les contará todo, no he logrado dejar de repetir las imágenes de mi novio borracho por mi culpa o las palabras de Martincho; mi maleta está a salvo en casa de quien creo que es mi cuñada aún, aunque el vuelo lo perdí hace como cuarenta minutos.

El teléfono tiene una cantidad de llamadas por parte de Bachi o Simón, que es un bendito milagro que aún funcione, no quiero contestarles porque tengo miedo de que me imputen por algo más que seguro también es mi culpa, ya la verdad no tengo fuerzas para un reclamo más en mi vida de cabeza; Samuel me escuchó y aconsejó, sin embargo no puede hacer nada más por mí, que avisarle a Dalia sobre lo sucedido, junto a mi reacción; mientras Mia se dedica a acariciar mi cabello para que logré descansar, pero cuando lo logró, suena mi celular una vez más, solo que no es el mismo remitente.

Ana Sofía_ Hola- mi voz sale en susurro, aclara la garganta- ¿Cómo sigues?

Villa_ Confundido y preocupado- ya no suena tan ebrio, aunque tampoco es como que está bien- ¿Usted cómo está?, me dijo Isaza que se quedó en Madrid por mí- el solo hecho de escucharlo hablarme tan formal, me parte el alma, quiero que me diga ojitos bonitos o mi amor.

Ana Sofía_ Pensé que intentar arreglar las cosas contigo sería más fácil- aguanto mis ganas de llorar porque no pretendo despertar a Mía que terminó durmiéndose primero- pero nunca me paso por la cabeza que en el camino lastimaría a Marto también, nunca fue mi intención hacerles daño.

Villa_ Tenemos que hablar Ana- un sollozo se escapa de mi garganta, esas tres palabras juntas nunca son buena señal- y usted también tiene que conversar con el niño.

Ana Sofía_ Lo sé, pero confieso que mi vida en este instante me da muchísimo miedo- el sonido de nuestras respiraciones es lo único que asegura que seguimos en la llamada- ¿Te parece vernos para desayunar?, bueno si no estás con una resaca nivel extrema.

Villa_ No importa, solo que para desayunar no puedo, tengo entrevista- claro el programa de radio- ¿Estaría bien para almorzar antes de que viaje a Bogotá?

Ana Sofía_ Claro que sí, nos vemos para almorzar- termino de hablar y la llamada se cuelga.

Me siento extraña, es la primera vez que hablar por teléfono se siente tan banal y me causa un pequeño huequito en mi corazón, solíamos jugar a quien colgaba primero o bien prometerle al otro cualquier cosa para que terminará la llamada, pero hace unos minutos ni siquiera un "Hasta Pronto" y mucho menos un te amo.

Salgo de la cama para ir a la cocina por un vaso de leche caliente o algo que me ayude a dormir, mi cabeza es una montaña rusa enorme y no sé cómo hacer para que no se descarrilen sus vagones; estaba bien cuando llegue de Italia, me afecto poco los comentarios del live, sin embargo, ver a personas que solían apoyarme, decir que soy lo peor que pudo haberle sucedido a Morat, duele muy profundo en mi alma, por eso exactamente decidí estar lejos de ellos por unos días, mientras que el escándalo se disipa y algo más cobre mayor importancia, nunca pensé irme por siempre y mucho menos terminar con mi ojitos, pero al parecer mi mente no coordina bien cuando emite información a mi lengua y termino arruinando todo.

Busco dentro de la alacena algo que me permita endulzar mi bebida, en el camino encuentro el cacao que suele utilizar Mia para sus recetas de cocina y algunos bombones pequeños, así que me realizo un chocolate caliente con unas galletas con chispas de colores, que seguramente cuando despierte mi amiga, me retará por comerme un par porque es parte del regalo para los constructores en la empresa en donde es supervisora.

BUSCANDO EL AMOR VERDADERO (Juan Pablo Villamil- Morat)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora