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18 de setiembre, 2022

JUAN PABLO VILLAMIL

Compongo un rato para poder conseguir que el sueño llegue a mi cuerpo, por primera vez en meses siento un vacío enorme dentro de mí, después de semanas durmiendo juntos, hoy vuelvo a estar solo en mi departamento, es extraño lo fácil que puede una persona acostumbrarse a la compañía de otra, a mi me sucede eso, no me imagino mi vida sin tener a mi ojitos conmigo, ella complementa cada espacio de mi existencia y me enseña siempre que el amor se construye despacio, sin tanta prisa. 

Doy varias vueltas en la cama y veo mi teléfono para verificar la hora, son las 2:45 a.m., llevo como 3 horas con los ojos cerrados intentando dormir, pero no lo logro, me falta mi pingüinito humano para poder conciliar el sueño, la extraño muchísimo porque hace mucho frío y sé que en este instante podría estar congelándose en casa de Isaza; para poder dormir me queda solo una idea, la llamo de nuevo pero ahora por video, para ver como esta, me contesta bastante tapada.

Ana Sofía- ¿Hola?- sus ojos están literalmente cerrados y habla adormilada- ¿Ojitos eres tú? ¿Sucedió algo?

Villa- No mi vida estoy bien y perdón por despertarte- me da ternura ver su rostro pegado a la pantalla- aunque agradezco que contestarás para poder verte y saber que estas bien... ¿Tienes frio?

Ana Sofía- Un poquito la verdad, decidimos dormir los cuatro en una cama improvisada con los colchones de las tres camas y Malta se turna en los brazos de todos para brindarnos calor- logro imaginármelos y me causa risa, me enseña a los otros tres que están dormidos; Isaza abraza a Angela y Susana a los dos, mientras que la perrita está desparramada entre mi mejor amigo y mi novia- ¿Y ti como te está yendo solito? ¿Tienes frio?.

Villa- No tanto, pero me falta un pingüino que me congele con sus pies- le causo risa, últimamente soy yo quien termina calentando sus extremidades, pues no se acostumbra al frio de Bogotá- te extraño mucho hermosa- veo que se levanta de donde esta y sale con Malta detrás de ella sin hacer ruido.

Ana Sofía- También te extraño, necesito a mi osito dormilón- camina por toda la casa de los Isaza, la conozco como si fuese la mía- ¿Quieres que te canté para que intentes dormir?, a Luciana le funcionaba cuando era una niña, quizás a ti te funcione.

Villa- Uy sería un privilegio dormirme escuchando la voz de un ángel- me acomodo de nuevo en la cama por si funciona el experimento- por si me quedo dormido, te amo.

Se ríe y me lanza un beso a la pantalla, se acomoda en la sala de estar y comienza a cantarme "Segunda Parte" a capela, su voz logra arrullarme perfectamente, siento como si ella estuviera a un lado de mí; no tengo idea en qué momento me dormí, solo recuerdo escuchar a Sofía a lo lejos, a partir de hoy esa será mi mejor forma de dormir.

Soñé bastantes cosas, aunque no creo que hubiesen sido tan profundas, pues al despertarme no recuerdo bien ni la cuarta parte de ellos; tanteo un poco la cama en busca de mi novia, pero caigo en la realidad de que ella no está en el departamento, así que con toda la prisa del mundo, ingreso al baño y me alisto lo más rápido posible, no solo porque se me hace tarde para llevar la camioneta a algún taller, sino porque voy atrasado al estudio y quiero verla ya. 

ANA SOFÍA

Luego de que Juan se fuera a casa y la llamada inesperada para decirme que la camioneta no quiso encender, comenzamos a ver una serie en la habitación de Isaza, para mejor comodidad y como pensábamos realizar una pijamada, aprovechando que los padres de mis amigos están de viaje, colocamos los colchones de las tres camas unidos para ingresar todos sin estar tan incomodos; vimos tres capítulos de una serie anime que le gusta a esos raros y luego nos acomodamos para dormir; Angela abrazada a Isa y Maltita, mientras que yo me acomode al lado de Susana al lado izquierdo del colchón, aunque al parecer me muevo al lado contrario porque la colocha comienza a manotearme en medio de algún sueño, así que me acomodo abrazando a Malta que se deja apapachar bastante fácil. 

BUSCANDO EL AMOR VERDADERO (Juan Pablo Villamil- Morat)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora