ᴛʀɪᴀɴɢʟᴇ

04

La junta es como cualquier otra. Hablan sobre separar la basura, vecinos quejándose de otros y los pago de renta.

Yo solo estoy de brazos cruzados, no estoy interesada ya que aún me duele la cabeza.

–Disculpe señor Suh, pero quisiera poner una queja a los inquilinos del cuatrocientos dos–

Aquí va.....la mujer del doscientos cinco.

–¿Qué es esta vez?–, digo con cansancio.

Ella me mira con desagrado, –Considero que se debe tener un toque de queda, ya que cuatrocientos dos suele llegar muy tarde en la noche, el ruido del elevador es molesto–

El "ruido" del elevador, solo es el pequeño "ding" que hace cuándo las puertas se cierran o se abren.

–Nadie más se a quejado por eso, ¿No es solo usted?, Además, su casa está alejada del elevador, ¿Cómo podría escucharlo?–, la observo

–Insolente–, dice

–Doble cara–, respondo

–Pecadora–

–Mojigata–

–Suficiente. No discutamos por favor. En cuanto al problema señora Kang, el toque de queda es algo que no puedo aceptar, muchos de los inquilinos trabajan hasta tarde, por lo que sería un problema, además el lugar es un conjunto libre, por lo que no puedo favorecer las necesidades de uno cuando hay más que opinan lo contrario–, el señor Suh es genial, siempre tiene un punto de vista neutro, por lo que puede tomar buenas decisiones.

Escucho una risita, volteo y el chico que está a mi lado ya estaba viéndome.

¿Se está burlando de mí?.

–Mis disculpas señor Suh, solo considero que hay cosas inmorales que no deben ser vistas por otros, tenemos niños en nuestro recinto, no debemos dar un mal ejemplo–, ella continúa.

La razón de nuestras peleas constantes es porque la señora Kang es una religiosa apasionada.

Cuando nos mudamos aquí, ella nos miró con desagrado, y de alguna manera piensa que los tres estamos en una clase de relación, además de nuestra apariencia, por eso nos ataca en cada junta.

–Señora Kang, tengo una resaca horrible así que no quiero discutir, ¿Sería tan amable de mantener la boca cerrada?–, pido "amablemente".

Ella estaba a punto de responder, pero el señor Suh interfiere.

–Bueno bueno, cambiando de tema, tenemos un nuevo inquilino, se mudó hace unos días y estará trayendo sus cosas otros días más, así que por favor, sean considerados si hay algo de ruido por la mudanza–, el señor Suh busca con la mirada.

Aunque no es difícil saber de quién se trata.

El chico a mi lado se levanta y saluda amablemente, –Buen día, soy Park Jimin, estaré en el trescientos dos, espero no tener ningún problema–

Todos saludan. Entonces su apartamento está justo debajo del mío. Aunque no hay ningún problema ya que el ruido no suele filtrarse a menos que sea algo demasiado fuerte.

El chico, que ahora sé se llama Jimin, se sienta nuevamente. El señor Suh da unas indicaciones más y la junta termina.

Cada uno comienza a salir, yo solo espero, no quiero recibir ningún comentario de la señora Kang.

Aunque ella al salir me hace mala cara, a lo que yo solo sonrío y la despido con la mano.

–Que bonita relación de vecinos–