- ❝𝙉𝙤𝙩𝙖𝙨 𝘽𝙤𝙤𝙣𝙘𝙝𝙪𝙮❞ -

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Pase la mayoría de la semana pensando, especialmente en Sasha. Y en todo el lío que sería si cruzaba palabras con ella.

Por lo que se, ella no recuerda nada. Absolutamente nada, lo cual me dolía un poco pero debía entenderlo. Ahora es conciente, y no sabe nada de la pelea entre los W. Y B. Lo cual agradezco de manera cansada, no era algo que quisiera que recordara, más por el hecho de que ella parecía querer huir de ello.

Huir de lo que había sucedido, pero de alguna manera, dió a parar conmigo.
Tal vez, si yo no estuviera en su camino, ella ya hubiera tomado las maletas y hubiera salido de California, a cualquier otro lugar, pues siempre se veía impactante por salir de casa y comerse el mundo entero. Supongo que yo soy el problema, la detengo de una manera horrible y se siente realmente enredada conmigo.

Pero no puedo evitarlo.
Siento que somos agua y aceite, no porque nosotras queramos, si no porque demasiadas cosas se interponen entre Sasha y yo. No sabía por dónde empezar, o si debía recordarle a mi chica lo que había pasado. Jane, -la Sra. W-. Seguramente mantenía a Sasha a raya con todo esto.
¿Quién quiere saber de engaños y empresas disgustadas?

Como sea.
Estos serías los días más complicados de mi vida, ojalá y desaparecer el resto de mi vida y no volver nunca.

Deje caer mi cabeza en la mesa de manera sonora y cansada, bufando, aburrida de absolutamente todo. Eso hasta que note la figura de alguien más a mi lado, supuse que era Marcy, Sprig o incluso Polly, -quien ni siquiera se había dignado a saludarme de manera correcta, tan grosera que era-.
Giré mi cabeza, antes de decir algo, mi alma salió de mi cuerpo por lo que fueron segundos, que parecieron horas.

—Hola —se dejó caer en el asiento, observando de manera detenida—. ¿Qué te pasa?, ¿las clases son pesadas? —me sonrió, su maldita sonrisa perfecta seguía siendo encantadora.

—Hola, Sasha ...—murmure, ahora con los brazos en la mesa y ocultando mi rostro,suspiré y me digne a ser buena—: Solo, estoy... algo pensativa.

—¿Por qué?

—Mmm... no lo sé —OBVIAMENTE, por tu maldita culpa, rubia teñida—. ¿Qué haces aquí? —tanto yo como Sasha nos sorprendimos por la pregunta, pero solo rió y me respondio:

—Bueno. Por si no te habías dado cuenta, compartimos la mayoría de las clases —Ma. Ten. Me. ¿Era tan estúpida que ni siquiera puede ser consciente de ello?, la respuesta puede ser un sí—. Además, siento que algo me atrae a ti...

¿Será que la teñida se vuelve a enamorar de mí? —Tal vez podremos entablar una buena amistad —o tal vez no.

Me tendio la mano, sonriendo, y no tuve otra opción más que aceptarla.
¡Juro que no es mi culpa! Intento ignorarla, o incluso desaparecer de su mundo, pero ella parecía tener la vista en mí. –No voy a negarlo, puede que la ame de igual forma pero debo actuar de la mejor manera–.

𝙈𝙮 𝙅𝙪𝙡𝙞𝙚𝙩 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora