PREFACIO

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Alguien alguna vez en la vida dijo: la vida da mil vueltas.

Y vaya que tenía razón.

Un día te encuentras bien y al otro te encuentras en una sala de espera tratando de calmar tus nervios mientras esperas noticias buenas y que te hagan respirar nuevamente.

Estar al borde de la muerte te hace ver la vida de distinta forma.

Hay personas que no valoran lo que tiene hasta que lo pierde...y lamentablemente soy una de esas personas.

—Todo saldrá bien. Todo saldrá bien.

Siempre te aferras a una buena idea porque la ilusión y el desespero juegan con tu mente haciéndote pensar en lo peor.

Nunca creí que le fuera a corresponder y ahora no quiero que deje de hacerlo porque tengo un futuro planeado para ambos.

—Necesito respirar. Necesito aire.

El viento golpea mi rostro secando rápidamente las lágrimas restantes en mis mejillas. Gritando con todo mi ser pido que no me deje, que luche por mí que nuestra historia apenas empieza.

Y con mi último movimiento miro al cielo y veo aparecer una pequeña estrella brillando más que las demás, y fue cuando recordé sus hermosas palabras.

"¿Por qué los deseos no se le piden a las estrellas?—suspiró."

"Porque es algo infantil—respondí"

"¿Sabes que cuando una persona está deseando algo con todo su corazón una estrella siempre aparece ante ella?...esa estrella brilla más opacando al resto."

Me encanta su dulzura cuando habla acerca de ello. Su rostro se ilumina más de lo esperado haciendo brillar sus perfectos ojos junto con su extraordinaria sonrisa que jamás me cansaré de mirar.

"Mira—señala el cielo frente a nosotros y veo el porqué de su emoción. Una estrella apareció en el cielo haciendo notar su brillo destellante—,tienes que pedir el deseo."

Y ahora es cuando recuerdo su maravillosa frase:

"Si los deseos fueran estrellas..."

Si los deseos fueran estrellasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora