Azul Sempiterno

Lautaro

Nos conocimos de una manera poco común, me atraía tu belleza y tu aparente ternura inocente, ahora que lo veo desde otra perspectiva, es el tipo de atracción que sientes a los ocho años por un juguete que crees nuevo cuando solo trae un maldito accesorio.
A diferencia de los demás idiotas de mi pasado, Lautaro dañaba a mí corazón de forma pasivo agresiva, como sí se tratase de dar un dolor por cuotas, letal, lo suficiente como para deprimirme pero no lo suficiente como para odiarlo.
Todo ese falso amor diluido en palabras bonitas que se las lleva la primera desilusión del momento, aunque en nuestro caso, mentir sobre amarme por tanto tiempo cuando por dentro amabas con locura a alguien más, desde ese momento, supe que lo he dado todo por última vez, comprendí que estoy destinado a la soledad, desolación, mi alma siempre será de un profundo azul sempiterno.
¿Te crees que por decir perdón tantas veces se solucionan problemas colosales?
¿Porque no te vas de una maldita vez de mi mente?
¿Como haces para aparecer en medio de mi melancolía otoñal?
¿Somos muy amables o solo esperamos que la inercia nos extermine?
Siempre tuve entendido que decir adiós es sinonimo de despedirse, pero en tu caso solo significaba "hasta luego", apareces solo para preguntar sobre cosas vanales pero jamás sobre porque apuñalas todas mis ilusiones contigo, es complicado, tantas idas y vueltas me hacen odiarte, pareces esa maldita propaganda de internet inevitable de quitar, debido a todas estas cosas pude entender que hice bien en dejarte ir.
¿Esta no es la parte en la que desapareces en lugar de embrujar mi mente con tu presencia y todo lo que conlleva?
¿No aprendimos la lección o solo queremos repetir la misma trama dañina para sentirnos vivos de alguna extraña manera?
¿Nos encanta el drama o solo estuvimos aburridos?
¿Porque no lo hacemos sencillo y simplemente te vas?
En parte fue culpa mía por insistir por costumbre, en parte fue culpa tuya por buscarme justo cuando estaba a punto de olvidarte, abriendo los ojos pude entender que todo esto era extenuante, consumías tanto de mi energía y atención que empezaba a olvidarme de mí.
En algunas ocasiones es preferible abandonar la amabilidad y mandar a la mierda a ese idiota que solo aparece para levantar su ego caído en alguna conquista en la que conoció la derrota, con todo el cansancio de mi alma, vete a la mierda Lautaro, me tienes agotado en todas las maneras posibles, adiós, te estoy dejando a ti, tu fantasma, tu recuerdo.