Capítulo 24: "Ni una pérdida más"

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Yell se sentía un poco cansado, su cuerpo le gritaba por agua, y su piel parecia cosquillear, nunca le habia sucedido algo así, viviendo con los dragones sin duda habia sido un poco duro pero después parecia haberse acostumbrado a ello. Ahora... lo que sea que le hubieran hecho los ragness habia afectado su organismo, la falta de agua parecia una tortura pero tenia un retoño que cuidar y un principe demasiado nervioso como para dejarlo ir.

Por favor, alteza. Usted realizo exámenes imperiales académicos, no militares... esto es demasiado... - Se mordio la lengua - No conocemos a este enemigo, su lucha es atroz y no parecen tener sentido de autopreservación, por favor no se exponga o la princesa correrá peligro.

Yell habia logrado ocultar a ambos en una entrada rodeada de follaje, habia un pequeño riachuelo que parecia regar todas esas hermosas plantas, y Yell habia cavado con sus manos lo mejor que pudo para lograr un pequeño estanque, colocó al bebé ahí por un momento, no deberia estar sin agua por tanto tiempo.

Todos ustedes creen que soy completamente inutil... - Blest lo miró a los ojos con dureza - Yo estuve en la guerra entre el emperador y Mellias, luche para que Abril ganará tiempo y no fui un lastre.

Majestad...

Admito, que no soy bueno protegiendo a otros; pero puedo defenderme y atacar si es necesario, no puedes cuidar de ambos y es evidente que no estás bien, corriste en cuanto escuchaste la voz de Rukh y Abril y siento que todos nos movilizamos a través de esta isla hacia el lado contrario, en un intento de hacer tiempo para disminuir al enemigo, pero Yell... tenemos bajas... tu mismo cargas con armas que los soldados caidos dejaron atrás. Necesito que me permitas luchar.

Yell sintió un breve momento de admiración por el principe, se veí bastante débil, pero la decisión en su rostro le daba una apariencia solemne, no podia dejarlo morir.

Las armas solo responden a su dueño, para el resto son sumamente pesadas - Le extendio un alabarda a Blest pues de entre las armas que logro recoger era la más liviana y de un soldado del reyno de Velquirryuss, su lealtad está ligada al rey y por ende a sus hijos.

No tengo problema con ello, no pesan. - Blest tomó aire - Sumergete un poco, bebé algo de agua, descansa un momento, necesito mapear el lugar, ya logré adaptarme a sus presencias, podré decir cuantos quedan y que tan cerca pero necesito subir.. un panorama abierto me permite hacerlo con mayor facilidad.

Estará vulnerable.

Puede que me vea de esta forma Yell, pero soy bastante agil y de hecho tengo fuerza, atravesé el hueso de la cola de ese ragness a larga distancia.

Yell sintió sus pies algo entumecidos, y tuvo que repetirse a sí mismo que él no llevaba una cola en este momento para relajarse.

Tres minutos, no más.

Necesito cinco.

Le dare cuatro, no pienso negociar. Si le sucede algo a usted por muy agil que sea, el renacuajo se asegurará de que vuelva a estar muerto.

Blest no puedo evitar reirse un poco liberando la tensión de su cuerpo.

Bueno, si te trajo de entre los muertos una vez ¿No crees que mi maravillosa esposa lo pueda hacer de nuevo?

Prefiero no averiguarlo, muchas gracias. Le quedan tres minutos ahora.

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Mi cuerpo se sintió helar.

¿Rukh a que te refieres...? - miré alrededor sintiendome una presa.

La prisión de Zión: Libro III - RagnessDonde viven las historias. Descúbrelo ahora