Capitulo 22: Reencuentro

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El rostro de Rukh se encontraba cerca de mí ya que ambos nos habíamos escondido en un lugar reducido; pero parecía muy sincero, mostraba una expresión firme, como alguien que crecía en sus palabras.

Pero sus manos en mis hombros tenían un ligero temblor.

Había algo que no estaba diciendo.

Necesito ver a mi hijo... - Di un paso hacia atrás y él mismo me soltó, parecía tener un carácter duro pero no me llevaría la contraria en todo..., suspiré para mis adentros no era alguien irrazonable.

Si yo recupero el bebé, - Bajo un poco su cabeza para alcanzar mi mirada - ¿Nos iremos? - Rukh no solía ser paciente, pero necesitaba negociar para poder liberarse de su guardia alta.

Si, Rukh no mentía...

Había sido secuestrada...

¿No era mejor volver a casa? 

No había forma de que mi estadía fuera de ayuda, mi reino haría una guerra si no regreso y Rukh dijo que mi esposo había venido por mi...

¿Realmente no soy útil para los tritones en este reino? - Volví a preguntar. - Quizás podría haber algún tipo de acuerdo por..

No - Rukh fue cortante aún pese a usar un tono de voz bajo - El emperador seguirá enviando tropas ahora que te encontramos. - Aseguró - La guerra será inevitable.

Pero mi espos.. - Note las discrepancias, ese sujeto no era mi esposo. Sallatiel parecía muy atento; sin embargo , sentí que debía creerle más a mi propia especie; Rukh no parecía tener ninguna intención de lastimarme y sentía que estaba verdaderamente preocupado por mi. - ...Está bien, nos iremos cuando tengas el bebé.

Ordenamelo, si me lo ordenas cumpliré sin importar qué.

¿Funcionaba de esa forma..? realmente era un misterio el tipo de lazo que compartía con Rukh, pero algo en mí decía que era un sujeto tenaz en su palabra una vez se compromete con algo, por lo que no podía evitar sentir confianza y en este ambiente algo de admiración, quería esa determinación en mi.

Bien.. Rukh, te ordeno salvar a mi bebé. - Le sonreí y tomé su mano - Sólo entonces, volveremos a casa. - Estreche su mano con una sonrisa involuntaria, fue una sorpresa lo cómoda que me hacía sentir decir aquellas palabras.

Quizás si extrañaba mi hogar antes de perder mis recuerdos.

Espérame aquí.- Fue tan rápido que no note en qué momento se soltó de mis manos. - Investigaré un poco y lo traeré de vuelta. - Si alguien pregunta , tú solo sigueles la corriente, ¿Está bien..?

Bien

Ahora necesito que me hagas un favor, cuando entren las bestias, te mantendrás justo aquí hasta que termine con ellos.

¿Bestias..? - Me sorprendí un poco, era evidente para mi que en el momento que Sallatiel habló conmigo uso un idioma que parecia algo tosco, Rukh luego uso uno muy distinto, con muchas contracciones, pero con el que me sentía mucho más familiar y ahora nuevamente cambio a otro uno que me daba nostalgia... ¿Cómo podía entender a todos sin problemas..?

Quise preguntar más, pero vi a dos peliplatas ingresar, uno era joven y de cabellos lacios que tenía una cola de pez como mi supuesto esposo y el otro parecía mucho más corpulento , de cabellos rizados y similar a Rukh y a mí, un par de piernas se encontraban bajo su cintura.

¡Renacuajo! - Dijo el tritón de cabellos ensortijados.

¡Su majestad!

La voz del tritón hizo que me doliera el pecho, opté por escuchar a Rukh y me mantuve donde indicó, él desenfundó su espada y no dudó en lanzarse a atacarlos.

La prisión de Zión: Libro III - RagnessDonde viven las historias. Descúbrelo ahora