Capítulo 19: Aliados en tiempos desesperados

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Me llevé una grata sorpresa al ver tritones. No creí que habría galenos ,sabiendo lo territorial que podía ser Sallatiel, pensé que sería una dragness quien me examinará

Vivían en las periferias del reino, pero las instalaciones eran amplias, preparadas para recibir un ejército en cualquier momento , me carcomía pensar por qué , servían aquí , aparentemente sin angustias ...

El viaje fue cómodo, pero no tuve la oportunidad de ver el exterior. Viajamos en una bestia marina que llevaba un sillón de montar amplio con techo y cortinas pesadas, Dimitri dirigió al animal y Sallatiel, no dejo que me acercará a las cortinas en ningún momento. Argumento que aún no era momento para mostrar mi rostro. Con una sonrisa hipócrita contesto mis preguntas veladas.

Al parecer los hijos tritones y de otras razas, de hembras raptadas, se dedicaban a la medicina, para tratar a otras madres que debían pasar por el proceso en un territorio ajeno. Se encargaban de su " adaptación "

Sallatiel me observó concentrada en el séquito de bienvenida y se inclinó a susurrarme de forma suave.

Tu... - Se corrigio a si mismo - Nuestro hijo no vivirá aqui, podrá elegir a que dedicarse y nadie podra intervenir en sus decisiones, ya sea por su raza o sexo.

Alcé la vista algo sorprendida por sus palabras.

¿Podrá crecer en palacio conmigo..?

Así es...

¿Y si quiere ir al imperio tritón?

Me aseguraré de que llegue a salvo.

Confiaré en tí.. - respondí bajo al ver que el séquito ya estaba casi frente a nosotros. - Salatiell solo sonrió y me abrazó para darles alcance de una vez.


Sus palabras me dejaban en claro que planeaba un futuro donde yo me quedara con él ...

Para que era entonces, todos mis esfuerzo políticos y agrarios ...demonios

Los galenos, ninguno se veía demacrado o sometido; por lo que su apariencia más el mantenimiento de las instalaciones me hizo sentir segura. La situación amenazaba con desbordarme...

Nunca creímos que atenderemos a nuestra reina... - Un tritón adulto me dio la bienvenida cuando fui llevada a un consultorio. - Es un placer poder atender a un miembro de la familia real... - Sonrió suavemente - Debe sentirse abrumada por los cambios en su vida... permítame, asegurarle, Majestad, aquí, está segura y a salvo...

Examinó mis manos bajo la vigilancia de Sallatiel. - No son las manos que se esperan de una princesa...

Soy miembro de la guardia Imperial, así fue como llegué aquí. - Respondí recuperando mis manos.

No debe preocuparse, fuera de nuestro clima ; nuestro reino es un lugar muy cómodo para vivir.

Si.. he vivido de primera mano esa experiencia.

Veamos a ese bebé... me ayudó a colocarme suavemente, en una especie de camilla reclinable, ¿Es su primera vez..? - Preguntó con voz baja mientras colocaba su palma suavemente sobre mi vientre.

Si.... - Admití algo aprehensiva.

No hay que temer... parecer ser un retoño sano. - Su palma se deslizó hacia mis muñecas, cerrando los ojos y sintiendo mi pulso. - Tiene un pulso que está perfectamente sincronizado con el tuyo... si se hace un chequeo rápido uno creería que no posees un bebé. - Sonrió para tranquilizarme - Parece ser que desarrollara empatía sensible... debes ser muy consciente de tus emociones, el niño se verá afectado por como te sientas. - Soltó mis manos - Con forme el retoño crezca su energía se irá mostrando y fundiéndose con la tuya, parece tener un alma muy pura... por lo que su esencia en ti se irá remarcando al punto de que, otros podrán notarlo rápidamente.

La prisión de Zión: Libro III - RagnessDonde viven las historias. Descúbrelo ahora