Dulce amaba los musicales, era en donde podía encontrar comfort de todo lo que pasaba en su vida. Su hermana mayor, Gabriela, los odiaba, no los soportaba, y cada que podía, ponía abajo a su hermana por escucharlos.
Un día, Dulce pone "Requiem" del...
Su padre se encontraba sanando sus heridas. Todo había terminado en una gran pelea donde Gabriela había terminado castigada el resto de la semana, aunque Daniela dudaba que iba a respetar.
--No debiste decirle esas cosas. --Le reprendió su padre, calmado.
--Rompió mi libro, se va a drogarse y ¿Ahora la defiendes?
--No, pero esas palabras tampoco estuvieron bien.
Dulce suspiró. Ella tampoco estaba del todo bien en términos de... bueno, todo. No tenía amigos en la escuela, intentaba integrarse pero los demás siempre la apartaban o eso sentía ella, y uno pensaría que con su hermana ella tendría un descanso, pero no era así, como pueden notar.
--¿Crees que la terapia la vaya a cambiar?
--Si pone de su parte, sí. --Afirmó su padre.
--Entonces estamos perdidos. --Se quejó la joven.
--Dulce... tienes que apoyar a tu hermana en esto. Sé que no son muy cercanas, pero diciéndose cosas así entonces... solo no quiero que canten requiem en el peor momento posible.
Estaba en ella, en él, y en Gabriela, a eso se refería. ¿Cómo podía arreglar a alguien sin arreglo?
--Prométeme que estarás con ella en esto.
Por su padre, asintió.
--Por supuesto que lo haré.
Claro que no podré, se decía. Se abrazaron mutuamente, mientras su padre le daba besos en la mejilla.
Dulce solo pensaba que debía escapar a su mundo ideal... otra vez.
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¿Era estúpido sacarle tanta tesis a una canción? Quizás, pero no podía evitarlo. Siempre pensó que Zoe merecía algo mejor que ser la novia de Evan y nada más. Había sucumbido al hechizo del rubio, finalmente cantando Requiem por un hermano que no la amó, un malentendido que pudo haber sido evitado, y la mentira de alguien que solo amaba la idea de ella misma.
Carajo, y al final lo perdonó.
Mientras más cantaba Requiem, se dio cuenta de que no era la historia de Evan, sino la historia muy mal contada de los Murphy.
'Cause when the villains fall, the kingdoms never weep
No one lights a candle to rememberNo, no one mourns at allWhen they lay them down to sleep
Por alguna razón, Dear Evan Hansen había vuelto a su vida después de 3 años, donde necesitaba saber que no estaba sola y al menos alguien cerca sufría lo mismo que ella. ¿Por qué tanto odio en el mundo? ¿Había un lugar donde escapar de todo ese odio? Carajo que no. Solo mundos en papel, pantalla, y por supuesto, en la música.
