Miss

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Claramente seguía la persecución, solo que el que estaba en mayor desventaja era el.

Cojeaba hacia abajo por las escaleras de ese mismo edificio, en el proceso disparo y forcejeo un par de veces, aún estando malherido.

Estaba seguro de que ahora estaba soltando esa molesta feromona, y lo peor de todo es que no sabía cómo detenerla.

No es que Rei fuera idiota, o nunca hubiese tenido la capacidad de controlar su aroma, pero resulta que este conjunto de emociones y su estado tan deplorable, más fuertes medicamentos claramente lo afectaban. ¿A este paso como iba a hacer una retirada exitosa?

En primer lugar, ¿acaso había hecho bien esa maldita misión? Ya ni siquiera lo sabía, estaba perdido.

Entonces como tú tabú, unas manos volvieron a privar su vista, atrayendolo a un angosto callejón sin salida. No tenía ninguna fuerza más, asi que ni siquiera se molestó en forcejear, ya se había resignado a su final.

Al menos había dado todo de si, aunque no fuera suficiente.

Las manos que lo presionaban también portaban guantes, parecían finos, y olían delicioso, embriagante.

—Oh pequeño Reí, en que te has metido ahora, ¿eh?—, murmuró.

La voz femenina lo sobresaltó un poco, además de esa composición de palabras que lo dejaban a un más confundido. —¿Pequeño Reí?—, pregunto, posicionando sus manos encima de las ajenas.

La mencionadas manos por fin dejaron de privar su vista, dejándolo voltear a mirar el rostro de esta persona, y realmente no quedó decepcionado, Esa preciosa voz pertenecía a una preciosa dama.

Las largas hebras rojizas adornaban con gracia su rostro, y aquellos Rubis lo miraban fijamente, mientras formaba una dulce sonrisa en sus labios.

Vestía un vestido elegante, tacones altos, accesorios, y guantes.

Y ese aroma tan acogedor era como vino dulce, no sabía por qué lo percibió así, pero se sentía extrañamente a salvo con la señorita enfrente a el.

Además de este sentimiento de nostalgia.

—Quien diría que me cruzaría contigo en un día tan ajetreado—, respondió, posicionando sus manos alrededor del rostro ajeno. —Y mirate, estás hecho un desastre—, regaño, mirando su rostro mallugado.

Rei estaba perplejo, pronto imágenes de su infancia fueron y vinieron, mostrándole la silueta de la señorita frente a el.

He venido a cumplir mi promesa, Rei—, murmuró.

—¿Eh?

—Rei Suwa, ¿quieres cambiar tu vida?—. Cuestionó, manteniendo su mirada rubí fija en los azules ajenos.

—¿Quieres ver los bellos colores de este mundo?—.

Por su puesto que quería, nunca lo había deseado ni mucho menos, siempre había sido esa cáscara vacía que se dedicaba a ser un asesino excepcional, el subordinado del clan Suwa, y hace unos momentos había sentido el final de sus pasos.

Pero ahora, aún en un callejón angosto y oscuro como ese, esta mujer que parecía radiar como una gema preciosa le hacía tal invitación, ¿Como no lo iba a querer? El cálido sentimiento de sentirse seguro.

Por alguna razón quería aferrarse a esta oportunidad, oportunidad de sentir aún más está calidad. —Yo... quiero—, su voz empezaba a quebrantarse, y su débil cuerpo al borde del colapsó temblaba, se desborono, descendiendo suavemente al suelo.

Esta bella dama por suerte se encontraba, alivianando su impacto con el suelo, y en su lugar se dispuso a acariciar suavemente su cabello que terminó soltandose en algún momento.

Tomo su teléfono, y llamo a un número en específico. —Kai, necesito tu asistencia—, dijo de inmediato, recibiendo en respuesta por una voz imponente un afirmativo.

—Enseguida, Boss—.

(⁠っ⁠.⁠❛⁠ ⁠ᴗ⁠ ⁠❛⁠.⁠)⁠っ ¡Oh no! Capítulos Irregulares

Ray of Light ||KazuRei||✧⁠*⁠。Donde viven las historias. Descúbrelo ahora