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Solo eran Miri y el con un montón de mantas encima. Esa había sido su rutina por los últimos dos días, pero al menos podía decir que ya se sentía mucho mejor.

—¡Rei papá!—, Chillo la niña totalmente enérgica, abrazando la oruga que era en ese momento el Omega. —¡Rei papá es una oruga!

La oruga solo respondió afirmativo con un sonido ambiguo.

Kazuki había intentado estar lo más fuera posible de la casa en esos días, dejándolo con Miri la mayor parte del tiempo.

No podía quejarse, la niña era ruidosa y enérgica, pero ya le había tomado cierto aprecio aunque en un inicio solo lo mirará jugar videojuegos, e irrumpiera con su espacio personal, y esos detalles.

Miri era calida y no tenía algún aroma que le hiciera sentir extraño, no. Miri era solo una pequeña niña que lo abrazaba y lo llamaba como su padre con una radiante sonrisa. —¡Miri quiere al papá oruga!—, nuevamente expreso la niña.

Rei al final decidió dejar salir sus manos para corresponder el abrazo de la niña. —Miri...—, la llamo con dificultad, su garganta se sentía seca.

Ya habían pasado algunos meses desde que fue recibido en ese hogar, el hogar que estaba formando el alfa. Aunque aún mantenía la misma rutina miserable podía sentir su corazón cálido cuando la niña le expresaba cariño, ¿Que es esta calidez?, ¿Realmente se creía merecedor de devoción?

El solo era un bulto que ocupaba la sala y el cuarto de baño, que comía comida instantánea y solo por petición del alfa había dejado de fumar.

Pero aún así...

✧⁠*⁠。

—Estoy en casa...—, anuncio mientras se quitaba los zapatos en la entrada, como respuesta Miri le gritó un: —¡Bienvenido a casa, Kazuki papá!—. Mientras el Omega solo respondía con un sonido ahogado.

Al entrar se encontró con una escena de los más adorable. —Cielos...—, murmuró, casi dejando caer las bolsas de las últimas compras. Al parecer habían tenido un día ajetreado a juzgar por el rostro de Rei y todos los juguetes rodeandolos a ambos.

El Omega parecía agotado. —Miri, deja dormir un poco a “Rei papá”—, dijo el apodo con un tono más burlesco, mientras se acercaba a donde se encontraban.

Miri pareció obedecer, algo sorprendente en algunas medidas, en cuanto Rei, cerro los ojos lentamente, casi como si le doliera hacerlo.

—¿Y que hicieron hoy?, Miri, Miri—, Pregunto el alfa mientras alzaba a la niña en sus brazos, dándole un par de vueltas para escuchar sus risitas.

—Miri-Chan jugo mucho con Rei papá—, respondió extendiendo los brazos hacia arriba. —Jugamos a los carros, luego con los juguetes de Miri.

Kazuki escuchaba atentamente, viendo cómo poco a poco sus pequeños ojos se iban cerrando forzosamente. Miri había tenido mucha diversión en esa tarde, tanto que había quedado cansada y lista para tomar una siesta.

Kazuki se vio gustoso por ello, dejándola recostada en el mueble de la sala, para luego volver a fijar su mirada en el chico en el suelo.

Al principio pensó que el Omega nunca iba a cambiar con Miri, que lo miraría jugar, o en su caso que tratara de evitarla. Pero ahora está él, jugando con ella como si en serio le interesará.

¿Acaso estaba bien lo que ella tenía planeado?

De hecho, tener ayuda extra con Miri era más que una bendición... —Oh, cierto que este chico esta en celo—. Se interrumpió a si mismo. No podía dejarlo en el suelo.

Se acercó para pensar en donde llevarlo a descansar, no planeaba llevarlo al baño, definitivamente no. Lo levanto, atrayendolo a su cuerpo, notando que su aroma ya no era escandaloso e intrusivo, ya estaba estable, era casi indetectable, pero le dio curiosidad ese cambio que tuvo, como si su feromona hubiese tenido un cambio significativo.

Lo ignoró, y lo llevo al mueble con Miri.

Ray of Light ||KazuRei||✧⁠*⁠。Donde viven las historias. Descúbrelo ahora