Ray of Light ||KazuRei||✧⁠*⁠。

Mission of three

—¿Día de las profesiones?!—, Alzó un poco la voz, algo angustiado. Rei estaba a su lado, mirando a la infante con una clara expresión de preocupación.

—¡Um!—, respondió Miri, sosteniendo el cuaderno con el deber escrito muy claramente.

El alfa volteo rápidamente a ver al omega, el cual mantenía la misma expresión. Un Asesino a sueldo jubilado y un sicario sin escrúpulos, ¿Como iban a decir eso en una guardería?

Realmente no es como si Miri no supiera mucho sobre a que se dedicaban sus nuevos padres, era cierto que la manera en la que conoció a papá Kazuki fue algo que podía recordar muy vividamente. De hecho, ¡el era Santa Claus y llevaba consigo un pastel! Luego entro a una fiesta muy eufórica, con sonidos fuertes y un par de mesas volcadas, fue una navidad graciosa.

No era como si fuera ajena a la situación, más bien es como si su pequeña mente ignorara la gravedad del asunto y lo llenará de brillitos.

Los ojos de Miri brillaban como fuegos artificiales, ella estaba ansiosa, pero no tan ansiosa como lo estaba Kazuki, que de pensarlo un poco más empezaría a hiperventilar.

Para rematar, los ciclos de celo en Rei eran irregulares, así que justamente luego de un par de semanas volvía a revivir lo que era un periodo de calor, y Kazuki, como un buen chico obediente, lo acompañaba en esos periodos de tiempo.

—No puede ser, justo ahora...— murmuró, volviendo a ver a Rei, el apretaba sus labios, tal vez dejaría un vivido color carmín en ellos. —Tu aún...—, Ni siquiera tuvo que terminar la palabra, el omega apartó la mirada asintiendo levemente.

Ya no era como antes, su aroma no era escandaloso, y ya podía movilizarse con tranquilidad. Se estaba estabilizando sin medicamentos. Sin embargo, pudo notar esa angustia en ese dulce olor.

—¿Deberíamos decirle a Ryu que nos ayude?—, cuestionó, suavemente. La respuesta que recibió fue otro asentamiento de cabeza.

✧⁠*⁠。

—¿Qué tú qué?—, Kazuki cuestionó, ansioso, haciendo sonar el mesón al haberlo golpeado del estrés. Ryu desde el otro lado del teléfono rechazaba el favor que le había pedido el alfa. Al parecer tenía que estar fuera precisamente el día que se llevaría a cabo una nueva misión. ¿Por qué justo ahora? ¿Por que cuando Miri tenía que presentar su tarea?, Además, es demasiado peligroso, al alfa no le gustaba la idea. —Gracias Ryu...—, murmuró, con una expresión de lamento.

Suspiro luego de colgar. —No hay guardería... Y no deberíamos llevar a Miri con nosotros.

No tenía muchas opciones, realmente no estaba pensando en contratar a una niñera, y no considero que fuera posible en un tiempo tan reducido.

Pero, ¿como haría para cuidar de un omega con rayones de celo y una niña imperativa en una situación de vida o muerte?

Tal vez si se adstenia de estar directamente en el lugar...

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Al final, se llevó a Miri con ellos.

Esto era claramente imprudente, esto claramente iba a salir terrible, pero trato de ser optimista.

Rei, que llevaba un parche en su vientre por debajo de su traje característico, se preparaba para salir en acción. —Rei, si algo va mal no dudes de decirmelo—, dijo lo que decía en cada ocasión. Sabía que lo más probable era que el azabache no le dijera de absolutamente nada hasta un momento de quiebre, o simplemente, no diría nada.