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Algo había cambiado con el tiempo.

Un sentimiento que no quería aceptar.

Con el tiempo sus ojos se posaban instintivamente en él. Sus facciones se le hacían preciosas, y su pequeña sonrisa provocaba que quisiera probar sus labios.

¿En que momento todo se tinto de color carmín?

Suspiro, tomando sus cabellos con fuerza sentado al borde de su cama.

Tal vez las feromonas finalmente habían acabado con sus neuronas, tal vez se estaba acostumbrando mucho a su compañía.

Levantó la mirada, y termino llegando a la foto de su difunta esposa que seguía resguardada en lo profundo del cajón. Recordó lo que pasó como si hubiese sido hace unas pocas horas.

¿Estaba bien proceder?, ¿Estaba bien volver a pasar por esto?

—¡Kazuki papá!—, Miri interrumpió, subiendo a la cama para saltar. —¡Kazuki papá!, ¡Comamos algo delicioso!—, Sugirió, aún saltando en la cama.

El alfa sonrió ante eso, esa niña era todo un caso.

—Bien, desayunemos algo delicioso... Deja de saltar en la cama.

✧⁠*⁠。

Rei se había acercado por si mismo a ayudarlo esta vez. Su corazón no podía evitar sentirse estrujado, y parecía marearse por cada ráfaga de aromatizante en sus ropas. Lavanda, ese era el que había estado frecuentando para lavarla.

—Rei ya está mucho mejor con su periodo de celo, no?—, preguntó, recordando la ausencia de olor en aquella ocasión.

—Um...—, Respondió el omega, casi avergonzado. Para su fortuna, ya estaba estable.

—Entonces yo... Supongo que...—, quería huir, —Ya no es necesario que te acompañe a tus misiones, cierto?

Rei que estaba lavando los platos se detuvo. El espumoso jabón se deslizaba por sus manos, y el agua fluía. Giro su rostro en dirección a Kazuki, pero el tenía la mirada desviada. Él no esperaba algo tan repentino.

El silencio era intrigante, era como si el tiempo pasará muy lento. Lo único que se podía escuchar era el agua de la regadera fluyendo.

Rei asumió que estaba esperando su respuesta, pero él en realidad no quería responder. —Yo...— murmuró, con dificultad, ¿A donde iba todo eso? Ya se había acostumbrado a su compañía, ya no era molesto, y se sentía tan... Seguro. —Um... Si así lo deseas...—, se limitó a decir, para volver a fijar su mirada en la vajilla.

Apretó los labios, y sus manos temblaban. No era que se fuera a morir, solo que se había vuelto algo dependiente.

—¡Papá Rei!, Mira lo que hizo Miri-Chan—. Si Miri no estuviese en el hogar, todo sería más silencioso e incómodo.

Y así transcurrieron las próximas semanas, todo seguía idéntico, solo un pequeño detalle, esa pequeña incomodidad en algunas ocasiones, cuando todo era silencioso y Miri estaba tranquila.

Rei volvía de sus misiones agotado, y Kazuki tenía que volverse a acostumbrar a ser un jubilado y además, padre, bueno, ahora estaba lidiando realmente con una niña imperativa y un omega vago.

Pero un día, inexplicablemente, Kazuki desapareció desde la mañana.

—¡No soy su maldita criada!

Bueno, no fue inexplicablemente.

Al estar tan pendiente de un desequilibrio hormonal ajeno, y de ciertamente, sus sentimientos, no había sido consciente de lo terrible que se lo pasaba en casa.

Ray of Light ||KazuRei||✧⁠*⁠。Donde viven las historias. Descúbrelo ahora