Cuando subió pudo percatar la diferencia en la habitación, y la persistente fragancia que lo golpeó inmediatamente, pero claro, como no iba a haber aroma alguno, si la persona que ahora estaba a su cuidado era un Omega, y hey, un Omega sicario.
Aún con la escasa fragancia, el Alfa pudo sentirse agobiado por esta, hacia que el ambiente de la habitación fuera sombría y solitaria, como si el emisor se sintiera... desubicado o triste.
Las sábanas y almohadas dispersas, que en parte también era culpa de la pequeña Miri, y los desechos de un podré chico, ¿En que demonios se metió? En que, como para que estuviera ahí medio muerto, aferrándose al cuidado de un desconocido, además de claro, por el proceso hacer actos ilegales, ¿pero que derecho tenía el rubio de hablar de legalidad?
Había matado al padre biológico de una pobre criatura, y egoístamente la tomo bajo su cuidado. Sin contar que anteriormente había sido la mente maestra detrás de trabajos propuestos por la organización, que tampoco tenía mucho de legal. Se ensució las manos con tanta sangre, incluso su propia sangre. ¿Que derecho tenía el para hablar de legalidad?
Tal vez no eran tan distintos, o tal vez si.
Camino hasta la mitad de la habitación, quedando enfrente de la cama, para mirar esos ojos azules que previamente había admirado. Ahora que tenía la posibilidad de ver bien su rostro, llegaba a la misma conclusión, era precioso. —Rei Suwa—, menciono, frunciendo un poco su ceño. —Nosotros tenemos que hablar.
Tú eres Kazuki Kurusu, ¿Cierto?—, pregunto.
En respuesta el Alfa emitió un sonido ambiguo como afirmación. —¿Como llegaste aquí?—, pregunto ahora el.
Pero no recibió respuesta alguna.
—¿Porque viniste aquí?—, volvió a preguntar, como si no lo supiera todo ya.
—Una... mujer—, se digno a responder, bajando un poco la mirada. —Una mujer me prometió cambiar un poco mi mundo, y en consecuencia, vine aquí—, confesó, ahora levantando su mirada, para fijarla en los carmín ajenos. —Ella me dijo que viera aquí, y eso hice—, aclaro.
—Ya veo...—, respondió el rubio, entendiendo, aunque tal vez solo un poco. —Mira, probablemente esa misma mujer me pidió cuidarte, y yo, yo acepté—, empezó a explicar vagamente. —Debes conocerla, es el Boss de una corporación aliada con tu Clan...
—Entiendo—. Interrumpió el azabache, pareciendo un poco nostálgico. —Por ende, tu eres un asesino a sueldo, ¿no?—, pregunto, haciendo hervir la sangre del alfa.
—No, no. Te equivocas, yo ya me retiré, sería vulgarmente Ex Asesino—, aclaro. —Por cierto, como ya puedes ver, tengo una hija, se llama Miri—, agrego, llamando la atención del Omega. —Debido a eso que estás irrumpiendo en mi hogar, deberán haber reglas, ¿okey?—, agregó.
Por su parte, el azabache no propinó una palabra, escuchó silenciosamente las supuestas reglas establecidas por el señor frente a el.
—Pagarás correspondientemente tu parte del alquiler, Evita llegar con heridas, o un escandaloso desastre, y más importante, llévese bien con Miri—, concluyó, pero sin recibir respuesta alguna.
A simple vista podía diferir que el chico frente a el era muy reservado y silencioso...
—¿Usted tiene alguna petición?—, pregunto, pero nuevamente se encontró con ninguna respuesta. —Bien... ¿Entonces cómo van sus heridas?—, cuestionó, fijando su mirada en el ajeno cuerpo, que estaba mallugado y lleno de vendas.
Vagamente se percató de variadas marcas de cicatrices, pero no le incumbia.
—Gracias...—, respondió finalmente en un murmuró.
En respuesta Kazuki le brindó una sonrisa, para finalmente dar por terminada la charla e irse de la habitación, dejando a Rei Suwa nuevamente solo.
Solo después de un rato de que el rubio se había ido, Rei se hundió en la amplia cama, suspirando y buscando con desesperación una retención a las lágrimas que estaban por salir deprisa de sus ojitos.
Estaba triste, ¿O a eso se le llamaba estar triste?, realmente no lo sabía, en primer lugar ya no se sentía como el mismo, probablemente porque nunca lo había hecho.
Finalmente, después de un rato entre las sábanas de aquella cama, en esa habitación, El Omega se había quedado profundamente dormido.
Probablemente fue por las heridas, la pérdida de sangre y el cansancio de su cuerpo, probablemente fue este montón de eventos, el estar en una nueva casa, con un desconocido y una niña hiperactiva, y ese cansancio mental que le había traído.
O probablemente sería esa sutil fragancia a Cítrico, como Limón. Que permanecía presente en la habitación, en las sábanas, en las almohadas, en el mismísimo aire, que lo habían dejado dormir nuevamente.
(っ.❛ ᴗ ❛.)っ ¡Oh no! Capítulos Irregulares
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Ray of Light ||KazuRei||✧*。
FanfictionDespués de un millón de problemas, Kazuki Kurusu termina acogiendo a una pequeña niña, Miri, convirtiéndose en su rayito de luz. Pero no solo eso, luego Rei Suwa entrará en su vida, junto con más problemas y peligro. ¿Kazuki podrá aceptar que además...