Aún recuerda a piel de flor todo lo vivido la noche anterior, el olor a sangre y pólvora, el sonido resonante en sus tímpanos del tiroteo, y como despues de un simple trabajo, se vio emboscado.
Desde antes de presentar su segundo género había sido entrenado para ser un competente asesino, era por lo único que vivía, para portar dignamente ese apellido, Suwa.
Pero todo se complicó después de ese día. Ese espantoso día.
Estaba en pleno entrenamiento, se había estado sintiendo mal en esos últimos días, pero no le había dado importancia, entonces el calor lo abrumo, y está necesidad tan alarmante de un calor ajeno lo asustaba, no lo entendía, fue tanto el impacto, el dolor, y el calor que se desmayó.
Todo en ese lapso de tiempo era tan borroso.
Una vez que despierto se encontró con la noticia de que era un Omega.
¿Su primer celo? A solas en una habitación oscura, fría, y sin algún tratamiento, medicamento, o lo que sea. Fueron 3 días de pánico y soledad.
—No importa si eres un maldito Omega, llevas está sangre en las venas, por ende, aunque no seas digno, seguirás siendo un subordinado de esta casa—.
Eran unos de los tantos monólogos que le brindaba su Jefe. Después de tantas generaciones de Alfas aparecía una pequeña mancha que deshonraba su honor, y aún así lo obligaba a seguir atado a este concepto.
Desde temprana edad fue expuesto a una gran dosis de medicamentos. Desde temprana edad fue entrenado para ser una marioneta, un cascarón vacío.
Y así fue, hasta esa noche.
Sin tantos detalles le dieron aquel trabajo, eliminar a una pequeña molestia para el clan Suwa y su futuro. Era algo común, podía resolverlo sin problemas, y así fue, Le disparo desde la distancia, y aún aunque pareciese que el trabajo había terminado, solo era el inicio.
El objetivo estaba en una reunión privada, repleta de guardias. Por su parte estaba en el techo de un edificio de diferencia. A pesar de estar realmente lejos, el Omega además de tener las herramientas necesarias tenía una vista espectacular, por lo que se le fue realmente fácil apuntar directamente a su cabeza.
La bala se deslizó silenciosamente, penetrando su cráneo en un pestañeo. Un disparo limpio, entro y salió exitosamente, haciendo que el objetivo solo descendiera al suelo mientras gritos y miradas confundidas reinaran el lugar, Trabajo exitoso.
¿Trabajo exitoso?
Se dispuso a recoger sus pertenencias, asegurándose de no dejar algún rastro, de que si quiera alguien había habitado ese lugar, pero pronto su mirada fue obstruida cuando unas manos le taparon la vista, tenía guantes de látex, eso no era una buena señal.
Forcejeo, librándose del agarre, quedando delante de... ¿Quien era el?
Frente a el, había un cuerpo más grande que el suyo, traje, guantes de látex, y de cabello castaño.
Un Alfa común, eso fue lo que pasó por su mente, pero era más enorme de lo común.
—Así que este es Rei Suwa, eh...—, menciono burlandose el chico, haciendo estremecer al azabache, ¿Como sabía su identidad?, ¿Era una emboscada? Maldición, había revisado el edificio, cerrado puertas, y asegurado el lugar, ¿Que era esto?
No mostró su intriga, poniéndose en postura de ataque.
—Entonces el sicario quiere pelear, es un gusto, Suwa—, divago, haciendo una pequeña reverencia, para luego balancearse al portador de aquellas joyas azules. Ambos recibieron unos buenos golpes, pero no duró mucho, Rei después de un rato decidió tirarse del edificio, para correr a cualquier lugar.
—¡JA! Ahora quieres huir?, eso no es bueno para mí—, le gritó a lo lejos, para seguirle el paso.
Entonces se convirtió en una persecución, ¿Quien era este tipo?, era una molestia, ¿debería dispararle? Se cuestionó, porque era obvio que este tipo no era algún hombre de su objetivo, era un simple aparecido, pero... No era solo eso.
Estaba empezando a ser un dolor de cabeza.
Estaba decidido, se le trataria de perderse de vista, y si no podía, le dispararía hasta que no se pueda siquiera reconocer su rostro.
Corrió, salto, y se desvió.
(っ.❛ ᴗ ❛.)っ ¡Oh no! Capítulos Irregulares
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Ray of Light ||KazuRei||✧*。
FanfictionDespués de un millón de problemas, Kazuki Kurusu termina acogiendo a una pequeña niña, Miri, convirtiéndose en su rayito de luz. Pero no solo eso, luego Rei Suwa entrará en su vida, junto con más problemas y peligro. ¿Kazuki podrá aceptar que además...