Ray of Light ||KazuRei||✧⁠*⁠。

ice creams

Realmente era complicado explicar la relación que alguna vez tuvo con el moribundo muchacho muchos años atrás, una entrometida que de vez en cuando le llevaba postres y dulces, y que como en esa ocasión acariciaba su cabello.

La explotación tanto física como psicologica que recibía el chico a diario le molestaba, quedando en muchos inconvenientes con el mismo clan, pero hubo una gota que definitivamente derramó el vaso.

El día en el cual este pobre muchacho se despertó como Omega.

Podía recordarlo como si fuese un día reciente, nuevamente estaba reunida con el jefe y cabeza del clan Suwa en la amplia propiedad.

Ya que su organización junto con el clan tenían una relación de negocios, era inevitable.

Era un día caluroso, y había traído helados para compartirlos a escondidas con el heredero legítimo del mismo, y después de escabullirse y zafarse del casca rabias del jefe termino en la zona de entrenamiento del muchacho.

Desde una esquina podía ver al chico golpear y ser golpeado, aún en un día caluroso, aún con golpes fuertes y personal mucho más fuerte, el muchacho entrenaba todos los días hasta que quedara en su último aliento.

Sin embargo, en todas las veces que estaba presente en tal actividad, nunca había visto al azabache perder o caer. Al final si estaban creando a un asesino excepcional, que podía pasar por encima de Alfas entrenados y partirles la cara, a tan solo 14 años de edad.

Y probablemente ese día iba a ser igual.

Un no tan molesto aroma a miel la alcanzó desde la distancia, ahora que lo pensaba el aroma persistía en los pasillos de la residencia muy sutilmente, solo que en ese momento, era más notable.

No era molesto, ni como Alfa le afectaba, lo contrario, se sentía llena de paz. Pero de sobresaltó al ver como el cuerpo de Rei Suwa caía bruscamente al suelo, ¿Que demonios?

✧⁠*⁠。

Se acercó rápidamente, y a diferencia del personal estaba intacta y tranquila aunque el ambiente estuviera frenéticamente repleto de lo que parecían, ¿feromonas?

Oh no.

Y vaya que "Oh no", el muchacho estaba tumbado en el suelo retrosciendose con la fiebre del mismísimo infierno, su rostro estaba rojo, y estaba empapado en sudor, claramente estaba confundido y asustado.

Lo tomo en brazos, y se lo llevó a mayor velocidad a la oficina principal, donde debería encontrarse su padre.

Aún entre los amplios pasillos y diversos guardias, ninguno se atrevió a acercarse, Tocar una sola hebra de cabello del señor Rei era un boleto directo a la muerte tortuosa, a diferencia de esta mujer, que le importaba una misma mierda.

Pateo la puerta, y rápido y precipitadamente le comento la situación al jefe, aún con el pobre chico entre brazos, que se aferraba a ella, y sollozaba del dolor.

¡Pero el maldito viejo ni siquiera se inmutó!

✧⁠*⁠。

—Si, el señor Rei es un Omega—. El doctor contesto una de las variadas preguntas que le había impuesto la dama, la cual parecía profundamente preocupada por el estado del mismo.

—Ya veo, después de todo no se había presentado después de tanto, muchas gracias por venir—, respondió, tallando el puente de su nariz. —Me puede hablar sobre los medicamentos y el seguimiento que...

—Sobre eso, el señor Suwa me ordeno medicamentos fuertes, y dosis prolongadas, el seguimiento es un asunto más privado, señorita—, interrumpió. —Entonces me voy—, intento despedirse.

—¡Oh! Espere—, pero fue impedido. ¿Que era esto?, ¿Como que dosis prolongadas y medicamentos fuertes?, ¿somos conscientes que es un adolescente de 14 años enfrentando su primer periodo de calor? —Esto pone su salud en peligro, ¿no es así?—, pregunto lo más obvio, con las falsas esperanzas de una alternativa.

—Así es.

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Pasos apresurados se dirigían deprisa a la oficina principal, en la cual probablemente seguía permaneciendo el jefe de esa casa, abrió las puertas y se paró en medio.

—¿Que demonios es eso de los medicamentos?—, hablo fuertemente, frunciendo su ceño. —El pequeño Rei...

—¿El pequeño Rei?—, interrumpió, devolviéndole la misma asfixiante mirada. —Le recuerdo que lo único que la une con el Clan Suwa, son meramente asuntos de negocios—. Recalcó.

—Señor Suwa, no estoy de acuerdo, esto claramente podría afectar al pequeño Rei, tanto ahora como en un futuro—, continuo, importandole menos si ese apodo le parecía demasiado u irrespetuoso.

—He permitido muchas de tus estupideces.

—¿Siquiera quieres a tu propio hijo?—, pregunto, sin recibir una respuesta.

Chasqueo la lengua dándose la vuelta, pasando por esa inmensa puerta, dejando atrás a ese maldito viejo.

Estaba frustrada.

Pensó en irse, pero se frenó, ¿Dejaría al pequeño Rei así sin más?

Su pecho dolió horrible, como si su corazón se contraerá de repente, No podía hacerlo, Y eso la llevo a recorrer los pasillos de esa gran mansión en busca de aquello que tanto buscaba.

El aroma a miel, la angustia, y el impacto de sus pasos sobre el suelo la guiaban a un callejón sin salida.

La puerta cerrada frente suyo, lo que parecían ser rasguños en la misma, los susurros y sollozos eran más que suficiente para delatar quien era. Así que lo primero que hicieron fue dejarlo encerrado en una habitación apartada.

Forzó la entrada importandole menos, un gancho fue más que suficiente, una vez abrió la puerta la deplorable vista simplemente hizo que su sangre hirviera.

Ni siquiera había tenido la oportunidad de cambiarse, tenía la misma incómoda ropa de entrenamiento. Sus manos desesperadas estaban rojas de intentar arrancarse su propia sudadera, y sus ojitos trataban de retener sus cristalinas lágrimas.

Estaba asustado, ¿Que era esto?

Abrió sus brazos para rodearlo en un fuerte abrazo. Se sentía tan cálido, como si estuviese tan seguro que sus lágrimas al final se desbordaron, y su cuerpo dejaba de pedir a gritos atención.

—Prometo que cambiaré tu vida, aunque sea un poco—. Susurro, apretando más su cuerpo en aquel abrazo.

Su abrazo fue correspondido débilmente.

Ese día los helados que llevo quedaron derretidos y olvidados en algún lugar del patio.

(⁠っ⁠.⁠❛⁠ ⁠ᴗ⁠ ⁠❛⁠.⁠)⁠っ ¡Oh no! Capítulos irregulares, y este, largo.