-Mamá, necesito saber qué le dijiste a Tony.- le digo impaciente por saberlo.-Nada, hijo.- contesta y continua lavando los utensilios del almuerzo.
Esa no me la creo.
La miro con una mirada acusadora.-Mamá.
-Ay hijo, que es bonita.- dice como si nada, sigue sin mirarme.
-A mi no me mientes, señora Jamie De Haynes.- digo con el tono de voz más frío que he utilizado.
Me mira y sus ojos grises están muy abiertos que amenazan con salir de sus órbitas. Desgraciadamente no salí con el color de ojos de mamá, sino de papá, negros, muy oscuros como la noche, lo unico que a las chicas les gusta de ellos son mis pestañas que parecen como si hubiese usado rimel, a mi no me gustan, pero al parecer a las chicas si.-¿Cómo me dijiste? .- espetó más que enojada. Debo de calmarla si quiero saber la verdad.
-Mamita hermosa de mi corazón.- me acerco y le hago mimos y caritas.- ¿qué le dijiste a Antonia?.- se relaja y al cabo de unos segundos responde:
-Que ella me gusta...para que sea mi nuera.
-Mamá.- la regaño.
-¿Qué hijo?, ni siquiera he conocido a esa tal Dakota y ya me cae mal.
-No la conoces, no digas eso.
-Como quieras.- vuelve a su quehacer.
La miro con confusión, pelear con mamá sobre si aceptará a Dakota o no como novia mía, ya me canso, y por eso subo a mi cuarto con mal humor.* * * * * * *
Al salir de casa no me despedí de mamá, le aplicare la ley del hielo hasta que que acepte a Dakota como lo que es, mi novia.
Y por lo que creo eso será por mucho tiempo.-Hola.- me saluda una chica de la U a la que no le he hablado antes.
-Hola.- respondo.
-Necesito ayuda con mi tarea, mi cuaderno esta en mi auto, ¿vienes?.- batea sus pestañas cargadas con kilos de rimel.- ¿por favor, guapo?.-
Dejo salir el aire que sin saber estaba reteniendo.-Lo siento, voy tarde a clase.- me excuso.
Ella se para frente a mi y me agarra de mi abrigo a rayas con sus pequeños y débiles puños.-A mi nadie me batea.- dice antes de poner sus labios con muchísimo brillo labial de marca en los míos, sin poder evitarlo su lengua entra en mi boca y juega con la mía. La empujo fuera de mi y limpio mis labios que tienen su brillo labial color rojo.
-Cuando quieras, Sami.- pasa diabólicamente su lengua sobre su labio superior y antes de irse me hace un guiño.
Mis manos tiemblan y no sé porqué.
-¿Te encuentras bien?.- pregunta Dakota cuando llego al salón.
-Si, ¿por?.
-Estas pálido, más de lo normal.- sonríe y besa, se aleja rápidamente y me mira con su ceño fruncido.
-¿Por qué sabes a brillo labial?.- pregunta.
Mis manos sudan.-¿Yo?, estas mal.- gracias a Dios mi voz se escuchó normal.
-¿Con cuál puta te besaste, Samuel?.- grita furiosa.
En ese momento entra Antonia, igual de linda que ayer, anda en una falda con unos dos dedos arriba de las rodillas, una camisa escotada y tacones igual de altos que ayer, poco rimel, y poco brillo labial, sin sus lentes.
Todos los chicos la miran de pies a cabeza, las chicas también lo hacen y se murmuran cosas entre si, sin duda la critican. Dakota la mira y su rostro se transforma en el de una perran queriendo marcar su territorio.
To me sonríe mostrando sus alineados dientes blancos. Hago lo mismo.-¿Cómo vas?.- pregunta y se acerca a darme un abrazo.
-Bien.- digo.- ¿tu?.
-Mal, todos me miran raro y Gus salió corriendo al baño diciendo que el quería a la To antigua.- sonríe.
-Estas preciosa.
-Gracias.- y cuando menos lo espero To ya hace en el suelo. Dakota arde como una perra rabiosa y la mira como si quisiera matarla. Rápidamente ayudo a Tony a ponerse de pie. Y muy molesto le grito a Dakota:
-¿Qué te crees?, ¿por qué le haces eso a To?.
-Me creo tu novia y la empuje porque me cae mal.- también grita.
-Si te cae mal o bien, no me importa, pero a ella la respetas.- y me voy a sentar a un pupitre, alejada de Dakota y junto a To.
Tony me mira con sus ojos vidriosos.-Nadie me había defendido.- dice.
-Quizás porque nadie te habia ofendido de esa manera.- sonrío.
-Gracias Sam, pero no quiero traerte problemas con tu novia.-
Miro a Dakota quien me mira con una mirada rota.-Supongo que desde antes estábamos mal.
-Ayer dijiste que estabas bien.- ríe.
-Bueno eso fue antes de que te empujara y cayeras al piso.- sonríe y me mira con ternura.
-¿Crees poder algún día amarme?.- pregunta apoyando su barbilla sobre la palma de su mano.
-Pues para eso debo dejar de amar a Dakota.- y cuando me doy cuenta de lo que dije, ya es demasiado tarde, To esta molesta.
-¿No entiendes que ella no te ama?.
-No lo sabes.
-¿Por qué lo arruinas?.- dice al borde de las lágrimas.
-¿Arruinar qué?.
-Justo cuando creo que damos un paso adelante, tu das dos atrás.- grita molesta.
-No es eso, no me obliges a amarte.- le grito también.
-Solo espero que cuando llegues a amarme no sea tarde.- a punto de levantarse, la detengo.
-To, no quiero que digas que me he fijado en tu perfecto fisico, estas linda, lo admito, pero amarte... estoy lejos de eso.
-Por favor Samuel, solo una oportunidad.- me pide.
-No, sé que fuera de aqui habrá alguien que te amara de verdad.
Se levanta y sale corriendo, la sigo y entro al baño detrás de ella.-No me gusta verte llorar.- digo
-Pues vete.
-Lo lamento, To.- digo dolido.
-Solo vete.
-No...
Me acerco a ella que quedo tan cerca, tan cerca que escucho como palpita su corazón, bajo mi mirada a sus labios rosas.-¿Qué estamos haciendo, Sam?.- pregunta con voz suave, tan sueve como un susurro, tan suave que se escucha como si no tuviera aliento.
-No lo sé...-
Y dudo, dudo tanto en besarla, besarla como lo he fantaseado este día...
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Mala Jugada
RandomSamuel, un chico nerd en el que ninguna chica pone ojo, ya que su físico esta por el suelo, es un joven que fue transferido a la Universidad de Oriente, con beca. Se le hace difícil conseguir amigos y pues claro una novia, pero sin poder elegir se e...