Capítulo 16.

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-Mamá, ya llegue.- grite cuando entre de la mano con Dakota, nuestras manos estaban sudadas, ella estaba tan o más nerviosa que mi.

-Mamá.- volví a gritar, ella no estaba en la cocina. Me imagine que tal vez en su cuarto, pero era raro ya que solo pasaba en su amada cocina.

-Quédate aquí, iré a buscar a mamá.- le dije a Dakota, intenté soltar su mano, pero ella no soltaba la mía.- ¿Qué pasa, amor?.

-Nada, solo no tardes.- dijo muy nerviosa y soltando mi mano.

Subí los escalones.

-Oye mami, ¿por qué no contestas?.-
Mi sorpresa fue que al abrir la puerta mamá estaba en el suelo.

-Mamá.- me tiré al suelo.- mamita.- dije tocandola.- mamá no me hagas esto, despierta.
Estoy seguro que gritaba ya que Dakota se aparecio con cara de angustia y al ver a mamá en el suelo se puso pálida.

-Llama a una ambulancia.- le pedí.

-Claro.- dijo tecleando su celular.

-Mami, ¿qué te ha pasado?.- acaricié su cabellera, mis lágrimas salían sabiendo que si ella moría quedaría solo. Malditamente. Solo.

-Vienen ya.- me informo Dakota.- ella estará bien, amor, ya lo verás.

-¿Me lo prometes?.- la mire pañosa por las lágrimas.

-Te lo prometo.- me abrazo.- le diré a papá que busque el mejor doctor que hay en la ciudad y que atienda hurgentemente a tu mamá, te lo prometo.

En minutos la ambulancia ya iba al hospital, me fui en el auto de Dakota para allá y al llegar, mamá ya estaba en un cuarto de hospital -como lo dijo Dakota- con los mejores Doctores de la ciudad.
Abracé a mi novia tan agradecido de que estuviera conmigo y que estuviera haciendo eso por mi. Era algo que apreciaba mucho, que alejaba mis dudas de que ella no me amaba, ahí puede ver que significaba mucho para ella.

-¿Cómo esta mi mamá, doctor?.- le pregunte cuando se acerco a la sala de espera.

-Ella sufrió un infarto.- quedé en shock.-, pero por suerte ya esta estable, tendrá que quedarse unos dos días para ver como le va.

-¿Un infarto?.- susurre sin aliento. ¡¿Un maldito infarto?! Yo iba a enloquecer.

-Ya esta mejor Sami, es lo que cuenta.- me abrazo mi novia.

-No puedo.- le dije mojandola con mis lágrimas.

-Eres fuerte Samuel, sé que puedes, tu mamá en un par de días estará como nueva.- sonrió.

-¿Cómo puedes ser tan cínica y decir que estará como nueva? Ella acaba de sufrir un maldito infarto, obvio no estará como nueva.- grite con las lágrimas cayendo por mis mejillas.

-Calmate.- me tranquilizo.- esto es duro para ti, pero tienes que ser fuerte, por ella.

Si no fuera por Dakota que me estaba abrazando ya estaría llorando como un bebé en el suelo, a la abracé más fuerte.

-Perdoname, estoy siendo un mal agradecido contigo, tu haz hecho esto por mi y yo gritandote.- me detuve un momento para respirar hondo.- lo lamento, pero no me esperaba esto.- lloré.- gracias por estar aquí conmigo, mi amor, pero si ella...- no quise seguir.- si ella se va, yo también.

-No tienes nada que agradecer y tu mamá, digo mi suegra, estará bien.- me sonrió.
Asentí.

-Te amo.- dijo en mi oído.

-Y yo a ti.- no sé como pude hacer para que las palabras salieran.

-No te dejaría ni aunque me lo pidieras.- me beso. Y yo de marica, lloré.

-Y gracias por eso, nena.- quería construir una falsa sonrisa, pero no, no pude, no con tanto dolor en mi pecho.

-Llora Sami, llora todo lo que tengas que llorar.- me susurro acariciando mi cabello y halandome hacia ella.
Quería dormir para luego despertar de esta horrible pesadilla de mierda.

Mala JugadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora