Europa fue elegida por pura avaricia.
Como todo lo demás.
Avaricia de humanos ebrios de poder en sus inalcanzables esferas, donde se reunían para sentirse mejor que todos los demás. Hechos de la misma tierra, con nombres grandes y palabras de más. Humanos superiores a los otros, por el solo hecho de saber hablar.
Juraban que era todo por la gente. "Es lo mejor para todos." Decían. Como si el pobre pudiese solo subir por una escalera y alcanzar la utopía donde todo era como debía de ser, sin razón para sufrir o batallar. "Es en nombre de la ciencia." Como si la ciencia no tuviese mejores cosas con las cuales ocuparse, como curar enfermedades o tratar el hambre, siempre creciente. "Es por recursos." Como si no fuesen ellos mismos los responsables por la lenta y latente muerte de Gaia. Como si fuese responsabilidad de alguien más.
No era por nada de eso, por supuesto. Esas eran solamente palabras dichas al vacío buscando rellenar periódicos y videos. Buscando brillar como botella rota vistiéndose de esmeralda en medio del sol.
Palabras de los dientes para afuera, sin sustancia, sin importancia.
Palabras, nada más.
No. Todo eso era por algo mucho más simple. Mucho más aburrido. Mucho más...egoísta.
Europa fue elegida por una apuesta.
Alguien dijo que su océano era líquido. Otros que era una capa sólida de hielo. Un centro caliente. Uno mineral. Los más aventureros se atrevían a insinuar que incluso poseía pruebas de etapas de vida tempranas. Quizás microorganismos y simples seres de alga que extendía de a poco su vida unicelular a una existencia miles de años después más compleja, infestando rocas y teniendo un rudimentario y vago concepto de lo que realmente era sobrevivir.
Simples existencias para una simple apuesta.
Simple. Sí. Pero alguien tenía que ganar.
Uno podría pensar que había millones de lugares mejores para ir en búsqueda de agua, o que tendrían que pasar cientos de años antes de que se pudiesen visitar otros planetas además de Marte, que sonaba ya, suficientemente lejos. Y aún más tiempo todavía para comenzar a buscar lunas adecuadas para vivir. Después de todo ¿quiénes las atendían a ellas? Ni siquiera sus propios planetas.
¿No eran terrenos baldíos de la geografía galáctica? Desiertos olvidados. Parajes desolados. Las lunas, incluyendo la nuestra, no eran más que simples accesorios.
Piedras graduadas con inservibles títulos de ocupación.
Eso, si realmente lo hacían por la gente, como les gustaba decir. Por supuesto.
Europa era más pequeña que la Luna de la Tierra y ni siquiera era la número uno bajo la sombra de su propio padre, Júpiter. Así que... ¿Por qué molestarse?
No era más que un arete perdido sin pareja en el cajón más polvoso del armario. Insignificante. Inútil.
¿No es así?
La avaricia es extraña. El orgullo lo es aún más. Rara vez el uno sin el otro, estos dos fueron los principales instigadores dentro de este absurdo plan.
Susurrando detrás de todo aquel que abrió un poco la puerta de su corazón; un milímetro más que suficiente para colarse en su interior: "Que maravilloso sería ser "Aquel". Aquel con el Poder. Aquel con el Dinero. Aquel con el Crédito. Aquel que Ganó."
Un diablillo invisible que se turnaba de un oído a otro. Con tal de hacerse saber.
Entre las sombras enviaron una pequeña sonda espacial llamada Galileo.
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"E" es por las Excusas
General FictionColección de 31 historias tontas originales por el mes de Enero. "Es bueno tener algo de talento para ser escritor, pero el único requerimiento real es la habilidad de recordar la historia de cada cicatriz." -Stephen King. Una idea que será manipul...