Tienes que decidirte ‖ Drarry ‖ Completa

Un comienzo.

En un día común y corriente en la Escuela de Magia y Hechicería de Hogwarts, Harry Potter y sus amigos se encontraban sentados en el Gran Comedor, disfrutando de su desayuno. Entre risas y conversaciones, Ron Weasley señaló hacia el otro extremo de la mesa, donde Draco Malfoy parecía estar mirando fijamente a Harry.

- Harry, mira.- Dijo Ron, con una sonrisa traviesa.- Parece que Malfoy no puede apartar la mirada de ti.

Harry levantó una ceja, no demasiado convencido.- Ron, dudo que le guste yo. Además, él es muy popular entre las chicas, ¿por qué me escogería a mí?.- Respondió con una pausa reflexiva- ¿Y quién dice que es gay?

Hermione intervino rápidamente, cortando cualquier discusión que pudiera surgir sobre Malfoy. - Basta ya, chicos.- Dijo con firmeza.- No es buen tema de conversación".

Después del desayuno, Harry decidió dar un paseo por la Torre de Astronomía. Mientras subía las escaleras, se encontró con Cedric Diggory, uno de los estudiantes más populares y atractivos de Hogwarts. Inmediatamente, sintió cómo su corazón comenzaba a latir más rápido.

- ¡Hola, Harry!.- Saludó Cedric, con una sonrisa cálida y amigable.

Harry sonrió, tratando de ocultar su nerviosismo.- Hola, Ce. ¿Cuánto tiempo ha pasado desde la última vez que nos vimos?

Cedric asintió con la cabeza, recordando.

- Desde el partido de Quidditch, ¿recuerdas? Fuimos con los Weasley.

- Oh, sí, ahora lo recuerdo.- Respondió Harry, sintiéndose un poco más relajado en la presencia de Cedric. Se quedaron juntos, mirando el paisaje y charlando durante horas.

De repente, Cedric rompió el silencio.- Harry, me gusta mucho tu cabello.- Dijo con sinceridad.

Harry sintió que sus mejillas se calentaban mientras trataba de procesar el cumplido.- ¿Ah, sí?..- Respondió, tratando de sonar casual.

- Sí, deberías mantenerlo así de largo.- Continuó Cedric, con una sonrisa encantadora.

A medida que la conversación continuaba, Harry se dio cuenta de lo mucho que disfrutaba de la compañía de Cedric. Se sintió atraído por su encanto y su amabilidad, y comenzó a preguntarse si tal vez podría haber algo más entre ellos que simplemente amistad.

Mientras caminaban juntos por los pasillos de Hogwarts al atardecer, Harry se permitió soñar con la posibilidad de que su relación con Cedric pudiera convertirse en algo más profundo. Por ahora, estaba contento de simplemente disfrutar de su compañía y ver a dónde los llevaría su amistad.

Harry recordó una vez más las burlas de Malfoy sobre su cabello, y se lo comentó a Cedric, quien parecía sorprendido.

- ¿En serio dijo eso?.- Preguntó Cedric, con una expresión de incredulidad.

- Sí, lo hizo.- Confirmó Harry, asintiendo.- Siempre me decía que mi cabello parecía un nido de pájaros y que debería peinarme.

Cedric frunció el ceño, evidentemente molesto por las palabras de Malfoy.

- No entiendo por qué se burlaría de tu cabello.- Dijo con sinceridad.- Debería preocuparse más por su propio aspecto. Ni siquiera sabe cómo peinarse, y siempre lleva ese estilo 'wet look' que le queda fatal.

Harry no pudo contener la risa ante el comentario de Cedric. Su risa era contagiosa, y pronto ambos estaban riendo juntos, compartiendo un momento de alegría y complicidad.

- Tu risa es preciosa.- Comentó Harry, sonriendo mientras miraba a Cedric.

Cedric se rió aún más, y Harry pensó que su risa era como la de un niño pequeño, inocente y genuina. Aunque tenía los ojos cerrados por la risa, Harry no pudo evitar notar lo atractivo que se veía Cedric en ese momento, y se preguntó si alguna vez podría tener la suerte de escuchar esa risa todos los días.