Capítulo 1-Introducción

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De: eternaldreams@gmail.com

Para: jake_miller@gmail.com

Asunto: conversación 

Estos días están siendo caóticos, se avecina fiesta en Duskwood y todos los adultos están como locos.

En realidad, te enviaba este mensaje porque hace mucho que no sé de ti y me preguntaba... ¿He hecho algo malo? ¿Te has enfadado conmigo? 

 A lo mejor me pasé un poco al decirte lo que sentía, lo siento...

¿Podemos volver a hablar como antes, Jake?

Atentamente, Hannah.
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    Bajo la pantalla leyendo el último mensaje que me había enviado mi hermana. No era bueno seguir teniendo esta amistad. Y me hacía sentir incómodo su enamoramiento hacia mí. Yo había ido siempre como un amigo, alguien en quien pudiera tener apoyo. El hermano mayor que siempre había deseado ser para ella. Quería tener a alguien de mi familia cerca. Aunque sólo fuera mi hermana, aún no me atrevía a acercarme a mí padre. Era mala idea.
    Echo hacia atrás la cabeza, soltando el aire cargado de mí pecho. Lo lamentaba por Hannah el que me haya apartado de su vida, pero todo había salido mal, no sé en qué momento creyó que ella me podía interesar si nunca he dado esas señales por mensaje ¿Cómo lo iba a adivinar que mis palabras habían resultado atrayentes para ella? De solo pensarlo me hace querer vomitar.
   — ¡Cómo no! ¡Aquí estás! —unas manos me sujetan por los hombros, el grito hace que salte de la silla— Justo en el ordenador.
   —¿Dónde querías que estuviera, Al?
    Giro la silla cruzándome de brazos.
    Albert era no sólo mi compañero de piso, sino también mi mejor amigo desde el instituto. Su forma caótica compaginaba de algún modo con la mía tan relajada. Para mí, se podría decir que Al era como un hermano para mí. Me salvó en cierto modo de la soledad del instituto, en una época que tan solo quería salir huyendo de la casa de acogida. Si no fuera por él, ya me hubiera marchado lejos.
   —No sé, ¿Corriendo por las calles como todos los sábados?
   —Pues qué poco me conoces —contesto levantándome de la silla, yendo a la puerta.
   —Por cierto, no queda café.
    Me detengo en seco y me giro para verle.
   — ¿No te tocaba a ti comprar esta semana? —le miro con el ceño fruncido y él se encoge de hombros.
   — ¿Lo siento? He estado un poco liado esta semana con las clases de programación, trabajar en la tienda-
   —Y por supuesto para nada ocupado con Bianca —pongo los ojos en blanco, esta vez saliendo de mi cuarto por fin.
   —Podría decir eso si supiera dónde está —me giro para verle y veo que saca el móvil—. Hace días que no sé nada de ella.
   —Quizás es que al final no le gustabas.
   —Me dijo que me llamaría.
   <<A veces, eso se dice por cortesía, no porque quiera salir de verdad contigo.>>
    Cojo las llaves del mueble de la entrada, abriendo la puerta. De nuevo, Al me detiene.
   — ¿Vas a ir a verla? —me pregunta en un tono divertido.
   —No, voy a hacer la compra que tú deberías haber hecho, "mamá" —le contesto con cierto pesar en la voz.
   —Oye, no le contestes mal a tu pobre "madre" que se parte la espalda para pagarnos comida y un techo en donde vivir —se lleva las manos al pecho, dramatizando con su voz.
   —Tiene que venir un paquete con un nuevo disco duro ¿Puedes quedarte hasta que regrese en el caso de que tarde en llegar?
   — ¿Estás seguro de que no quieres que vaya yo?
   —No, así tomo un poco el aire. Ahora regreso.
   —De acuerdo.
    Salgo del piso lanzando al aire las llaves del coche y cogiéndolas. Que me haya preguntado si iba ir a verla, significaba que a lo mejor Katherine le había contado algo.
    Una pequeña sonrisa asoma por mis labios. Habíamos decidido ir poco a poco, conociéndonos. Creo que ni la palabra "noviazgo" estaba en nuestro vocabulario todavía.
    Saludo a algunos vecinos mientras bajo las escaleras. Son gente bastante mayor y con la que no hemos tenido problemas, nos comportamos bien, evitamos hacer fiestas y si traemos a más amigos, siempre lo hacemos sin provocar problemas. Todas las actividades ruidosas las hacemos en lugares en donde sí se permiten, aunque no sé si adjudicarme el título de ruidoso, creo que soy el más responsable de todos.

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