TAZ
Caminando de un lado a otro acomodando mesas y asientos, estaba ansioso. Un día más en el estúpido mes de Abril, faltaban diez minutos para las seis de la mañana hora en punto para abrir la cafetería. Camino hacia el área trasera colocandome el mandil que solía usar siempre, recuerda que la higiene de un café inicia desde tu apariencia en el cómo lo sirves.
Salgo para acomodar los goteros y otros jarabes que solía usar al momento de preparar, desde hace meses he estado en búsqueda de un empleado pero nadie ha sido de mi interés, nadie logra pasar la única y fácil prueba para poder tener un lugar en esta cafetería. Le quitó el candado a las puertas de entrada y bingo, el toque amargo está abierto un día más.
- Hola Taz, lo mismo de siempre - Me sonreía la señora Carson, dueña de la florería que está a solo unos pasos de distancia.
- Sabe que no tiene que venir hasta aquí, solo llámeme y tendrá su café hasta la entrada de la florería - Le sonrió regalándole una mirada rapida antes de que comenzará a ponerme los guantes transparentes que solía usar antes de iniciar a preparar algo.
Saco una porción de granos de café colocandolos en el molinillo que solía usar para molerlo, un total de veinticinco segundos me tardo moliendo cada grano de café, ya sabes, un cafetero experto siempre sabe cuál es el punto medio en qué un café debe ser molido. Enciendo la cafetera en donde esto hacia su magia, usando un filtro limpio vierto ocho gramos del café antes molido.
Ya teniendo la cafetera a una temperatura de noventa grados colocó el café molido, esto es para que se disuelva a un tiempo de veinticinco segundos con una presión a su elección.- Taz, cariño. No es necesario llamarte o hacerte la molestia en ir hasta allá, es más, disfruto la manera en que preparas mi café todas las mañanas - Me mira desde el otro lado del mostrador mirando con interés cada uno de mis movimientos.
- Lo sé, pero también sé que el médico le receto no caminar durante unos días - Río sirviendo el café en el típico vaso de kraft tamaño mediano.
En cuanto le doy su café a la señora Carson, ella me da los cinco dólares de su café sencillo. Primera venta a primera hora, nada mal.
- ¿Señor Skylar?, vi el anuncio del empleo para camarera, ¿aún está libre el puesto? - Se escucha la campana que sonaba cada vez que alguien entraba a la cafetería, la voz de aquella chica a mis espaldas me hacía suponer que era alguien joven, dejo la bayeta con la que estaba limpiando la cafetera para así poder voltearme y mirar a la persona que estaba detrás de mí.
- Dime Taz. El puesto está libre, agarra un mandil y ven aquí para darte instrucciones de lo que harás - Nuestras miradas se encuentran, sus ojos marrones con ojeras notorias habían robado toda mi atención.
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El café de Hannah | Taz Skylar
FanfictionTaz es todo lo que una chica quiere, pero él solo quiere una chica que le sepa hacer una taza de café con medidas exactas.