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(...)

Abrí mis ojos de golpe al sentir como me encadenaban las manos.

Vi a mi alrededor y estabamos en un barco de la marina, el cielo era bello, pero el momento no lo era.

Volteó hacia Ace, se veía enojado, decepcionado y triste, pero ¿Por qué?

—A-ace— Susurre en hilo, parecía que mi garganta ya no podía.

¡Cierto! El disparó, era por eso que no podía hablar, me había dejado débil e indefensa.

—No hables ___(tn), porque fuiste a esa isla, ahora estas en peligro y te mataran a ti también.— Decía mi pecoso sin mirarme, realmente fui estupida al pensar que podía salvarlo.

—Pero Ace, te conozco y...—Me interrumpió.

—¡Callate! ¡No me conoces como tú crees, soy un monstruo que nadie quiere y no pudo salvarte!— Decía mientras lagrimas iban cayendo de sus ojos.

Ace...

—¡¿Crees que no me importas?!— Gritaba, mientras jalaba las cadebas hacía el, mis manos ya estaban ensagrientadas por lo apretadas que estaban.

—O-oye, prisionera quédate quieta—Decia un marino nervioso, ignore sus palabras y seguí gritandole a Ace.

—¡¿Crees que 7 años de hermandad no importan?! Eres un completó imbécil si fui a esa isla fue por mi propia voluntad así que no te eches la culpa.— Decía mientras mi voz se quebraba con cada palabra, mis lágrimas se volvieron cascadas mientras recordaba nuestra infancia por su parte Ace me miraba con sorpresa y tristeza a la vez.

—Lo siento—Susurró. Quitando la mirada de mi rostro. Por mi parte deje de jalar la cadenas quedandome quieta en mi lugar, de verdad me sentía debil e inútil.

¡Soy Débil!

(...)

Pasaron alrededor de unos días.

Habíamos llegado al famoso Impel Down en la planta seis, mientras caminabamos me llegaban cumplidos sucios por parte de los demás prisioneros, me molesto, pero me quedé callada después de todo me había pasado todo esto por mi culpa.

Entramos Ace y yo a una celda bastante sucia, nos encadenaron nuevamente hacía la pared, mis muñecas ya no podían con todo el dolor y Ahora habían encadenado mis tobillos quedando completamente sometida hacía la pared.

Una vez se fueron empecé a sollozar.

—Ace, es mi culpa, todo ésto es mi culpa.—Susurre junto a mis lágrimas en par.

—¡Hey! Novata del cerezo.— Escuché, haciendo que mis lágrimas saciarán, levanté levemente mis cabeza para observar a Jinbe, no me había percatado de su presencia, estaba tan mal que ya no podía ni conmigo misma. El por su parte me dio una sonrisa que hizo que me calmara.—No creí que mi Novata favorita, se desespera ante esta situación, que yo recuerde no tenías miedo ni a la muerte.— Hizo una mueca de tristeza al verme tan destrozada.

—Lo siento Jinbe, Deje que nos atraparan por mi culpa, luche en vano— Comenté. Baje mi cabeza de nuevo sin verlos a los ojos.

—Ninguna pelea es en vano—Me contesto. Ni siquiera me moví otra vez, quería que esto fuera un sueño, quería despertar de este sufrimiento.

(...)

El tiempo había pasado, nos enteramos que luffy estaba aquí, pero ya era la hora de la ejecución.

Quién lo diría, ambos hermanos morirían juntos. Ibamos caminando por lo solitarios pasillos de Impel Down. Fue así hasta que escuchamos los gritos de Luffy, Ace por su propia voluntad intentó huir hacia nuestro pequeño hermano. Yo no me movi, sabía que eran mucho más fuertes que yo, no servía de nada, ni siquiera se porque me pusieron una recompesa tan alta como la de Ace, si era completamente inútil.

—___(tn) Sea lo que sea que pase. Te quiero mucho y siempre serás mi hermanita.—Me quedé callada, no quería romperme más de lo que ya estaba.

Tal vez nos salvemos, ¿No? Luffy está aquí y eso me daba un poco de esperanza. Pasaron los minutos y ya habíamos llegado a las escaleras, el iba enfrente de mi junto a dos guardias y yo iba atrás también junto a dos guardias, pude visualizar una luz al final del pasillo, ¿era nuestro fin?

Shanks, sabía que no iba a poder cumplir nuestra promesa, solo quería ser feliz a tú lado, por eso estaba tan emocionada de cumplir mis veinte años de edad, iba a ser un poco más madura para tí, ¿No? Pero ahora, estoy apunto de morir. ¿Me extrañaras mi lindo pelirrojo?

Di un pesado suspiro, habiamos llegado a la zona en donde nos ejecutarían.


Tiempo. Shanks X Lectora Donde viven las historias. Descúbrelo ahora