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Me separé de sus labios dulces y adictos. El tiempo decidirá todo lo que pasará.

—Bien emperador ya estoy aquí, así que... ¿Qué harás?—Conteste para mirarlo a sus lindos ojos, no importaba que tuviera una cicatriz eso lo hacía más lindo e interesante.

El por su parte me tomó nuevamente de la cintura para cargarme como costal de papas.

—¡Espera Shanks! ¿Qué haces?—Pregunte alterada ¿Que hacía? Osea me tiene enamorada, pero todo a su tiempo.

—Bueno, es una sorpresa así que relájate mi linda cerezo.—Sin más se dirigió al pueblo. ¿Qué hará? Osea era el pueblo de padre.

Pasaron los minutos, y sentí como me bajaba delicadamente o eso intentaba, pero por falta de su brazo se complicó.

Me dolía que por culpa de nosotros perdiera ese brazo.

Pero por otro lado era tierno como intentaba acomodar mis prendas.

—Sabes Shanks, en la guerra de los mejores te hubiera dado risa cómo Boa Hancock la mujer más bella de todos los mares me decía cuñada.—Comente al recordar las mejillas sonrojadas de la chica y lo mucho que decía querer a Luffy. Di un suspiró al pensar todo lo que paso en la guerra.

—¡¿Enserio?! Pero aunque en algo estás mal.—Volteo a verlo, no entendía que había dicho mal. Así que sonrió y me contestó mi duda.—Boa Hancock no es la mujer más bella.—Dio un pausa y volvió hablar—Eres tú la mujer más bella.—Pude observar como sus mejillas estaban levemente coloradas de un rojo carmise.

Por mi lado yo estrellaba de rojos intensos.

Era raro que me elogiaran.

Iba hablar nuevamente, pero una voz me interrumpió.

—¡Vaya! ¡Shanks! ¡Pequeña!—Saludo el rubio favorito de todos, al reconocerlo corrí a abrazarlo, mi piña favorita.

—¡Marco!—Grite y al llegar a sus brazos no pude evitar romper a llorar.

—Marco... ¡No pude protegerlo a tiempo! ¡Fui una inútil!—Gritaba con lágrimas en mis ojos que poco a poco se iban convirtiendo en cascadas. Tenía miedo, tristeza, irá.

El por su parte rodeó sus fuertes brazos en mi cintura y acariciando mi espalda para que me desahogara completamente cosa que hice.

—Tranquila __(tn) no fue tú culpa, el fue muy terco y se dejo llevar.—Lloriquie más al recordar su muerte como lo atravesaban enfrente de Luffy y de mi.

Habían pasado unos minutos volteó a ver a Shanks y se le notaba con una leve mueca de ¿Enojo? Así que me separé de Marco, agarre suavemente su mano poniéndolo a mi lado.

—¡Oh! No sabía que ahora que se reencontraron estan juntos.—Afirmo Marco, mi cara se escondió en el hombro de Shanks evitando verlo a los ojos.

My princess quiere que hagamos todo a su tiempo, así que va a tener que aguantar a este anciano.—Rio, mentiroso apenas tenía 39 años y ya se creía un anciano.

—Bueno, pero ten cuidado Shanks, si le haces algo.—Miro seriamente a Shanks esa mirada hizo que se me herizada la piel.

—__(tn), ten cuidado que no te robe tu bello colágeno—Dramatizo, me separé de Marco para darle un rápido y calido abrazo.

—Tranquilo Marco, cuidare de my linda cerezo cómo si fuera mi vida.—Afirmo Shanks, parecía seguro de si mismo. ¿Realmente le gustaba?

Me separé de Marco, para verlo nuevamente a los ojos, se veía con una sonrisa triste.

—Oye, Shanks ¿Cuánto tiempo estaremos aquí?—Pregunte, captando la atención de ambos mayores.

—Hoy en la noche—. Pensó, pues al recordar que iban a subir provisiones y los demás tenían que hacer algo.

—Entiendo. Shanks puedo pedirte un favor—Abrio sus ojos a la par al escuchar mi petición, y en la menera en que lo dije hizo que sus mejillas enrojecieran al igual que las de Marco.

Tiempo. Shanks X Lectora Donde viven las historias. Descúbrelo ahora