❝Atado a las sabanas de mi Jefe❞ 『•MinSung•』

Capítulo 24

Lee MinHo

No había visto a JiSung en calma ni una sola vez. Era difícil para mí irme a trabajar y dejarlo en el estado de ánimo en el que se encontraba ahora, pero sabía que estaba con su hermana y eso me tranquilizaba un poco.

También sabía que si le contaba la situación con HyunJin, solo se pondría más nervioso. Aunque odiara tanto al guardaespaldas que tenía, debía entender que era por su seguridad. Si él intentará hacerle algo, haría todo lo posible por protegerlo. Y luego me moriría yo.

JiSung tenía algo especial que lo había convertido en lo más importante para mí.

El sábado, su familia vino a mi casa y disfrutamos de un almuerzo preparado por él. Luego me dediqué a ver baloncesto con su cuñado, me cayó muy bien. No me esperaba que la familia de JiSung fuera tan amable. Aún no he conocido a sus padres, pero espero que sean igual de encantadores. Sobre todo si llegamos a tener una relación más seria.

Decidí buscarlo, quien seguramente estaría en la habitación charlando con su hermana.

—Cuéntame, JiSung —escuché a su hermana decir—, ¿qué sientes por MinHo?

—No lo sé, Hee. Lo nuestro es extraño, y sinceramente me gusta lo que tenemos, pero al mismo tiempo no estoy seguro. ¿Y si decido volver a Malasia después de graduarme?

Escuchar eso fue como si mi corazón se detuviera. ¿Volver a Malasia? ¿Cuándo había tomado esa decisión? O mejor dicho, ¿cuándo había considerado esa posibilidad?

Lo observé detenidamente mientras estaba sentado en la cama jugando con su sobrino, dándole besos y abrazándolo. Se veía hermoso. Él es simplemente hermoso. Y perfecto.

—¿Has notado cómo te cuida? ¿Cómo te mira? ¡Ese chico te quiere, JiSung! ¿Por qué no te das la oportunidad en el amor?

—Tú no sabes si me quiere... —agachó la cabeza—. No sé qué siente. No habla de eso, no me dice nada sobre nosotros o lo que siente por mí. Es extraño. Él es muy reservado.

—Tú eres igual. ¿De qué te quejas? Te cierras al amor porque crees que te pasará lo mismo que con ChangBin. Pero no es así.

—¿Qué te hace pensar que no es así?

Su duda me dolió. Ver que pensó que yo le haría lo mismo que ese hombre me afectó, aunque aún no sé quién es.

—¡Mira bien a MinHo! Maneja su propia empresa, no depende de su padre para nada, ni siquiera para respirar. ¡Mira la casa que ha logrado por su propio esfuerzo! Es detallista, incluso viajó hasta Malasia por ti. Casi hizo explotar mi teléfono pidiendo ayuda para estar contigo. Y si te vas, apuesto a que se sentirá destrozado.

Su hermana tenía razón. Si me voy, me sentiría destrozado. Pero JiSung también tiene razón. No le he dicho lo que siento por él. Y sé que soy reservado, testarudo y gruñón. Entiendo por qué está confundido.

—Sí, lo quiero, Hee —confesó JiSung, y sentí un cosquilleo en mi interior—. ¿Estás contenta? Ya lo he confesado.

—¿Como para casarte con él? — comenzó a reír.

—No lo sé. ¡Solo llevamos dos meses conociéndonos! No puedo decirte si estoy listo para casarme con él. ¿Y si MinHo no me ve de esa manera?

—Eres muy tonto. Y me alegra ver esa sonrisa en tu rostro.

Y me gustaba aún más saber que esa sonrisa era por mí. ¿Casarme con JiSung? No había pensado en eso todavía. Quería ir despacio en nuestra relación. No quería arruinarlo todo. Y no quería volver a ser la persona que era hace meses por culpa de una mujer.