Mi familia ya se había ido a Malasia, dejando una vez más un gran vacío en mi corazón. Cada despedida sentía como si me clavaran un cuchillo en el corazón, una situación terrible. Sin embargo, mi pequeña alegría era saber que papá haría todo lo legal para que mis hermanos regresaran a vivir con ellos. Aunque no esperaba que eso ocurriera, ansiaba conocerlos.
La casa de MinHo ya estaba ordenada, por lo que habíamos vuelto a vivir allí. Por el momento, no tenía intención de regresar a mi antiguo hogar. Mi jeep ya estaba conmigo después de los daños sufridos el día en que atacaron mi casa; MinHo decidió enviarlo a arreglar y me lo entregó días atrás.
Mi día transcurría sin hacer mucho: acompañaba a Felix a gastar el dinero de su padre y ocasionalmente visitaba a MinHo en el trabajo o salía a comer con mis amigos. MinHo no me dejaba trabajar, pero posiblemente buscaría trabajo en secreto porque esta situación me estaba afectando.
—Sung, ¿dónde estás? — escuché a MinHo apurado por teléfono.
—Estoy llegando a casa, estaba con Felix. ¿Qué sucede?
—¿Podrías ir por MinJi a la escuela y salir a comer con ella? Quedamos en encontrarnos pero surgió una reunión urgente.
—Claro, iré por ella. No llegues tarde hoy.
—No lo haré, cariño.
Colgué el teléfono y salí de casa para recoger a MinJi. Estudiaba en una de las escuelas más exclusivas de Miami, donde solo se veían padres con autos lujosos, madres con sus mejores bolsos de marca y muchas niñas obsesionadas con el dinero y la ropa de marca. Afortunadamente, ella no era así. A pesar de su gran fortuna, no había sido criada de esa manera.
Estacioné mi camioneta en frente y bajé. MinJi estaba con un grupo algo numeroso de amigos. ¿Sería ella la popular de la secundaria? Me reí ante la idea, ya que también lo fui. No era tan divertido como todos lo creen. Al verme, se despidió y corrió hacia mí. Me abrazó con fuerza y luego me dio un beso.
—¡JiSung! ¡No esperaba verte hoy! ¿Y MinHo?
—Está en una reunión. Me pidió recogerte y almorzar juntos.
—Es extraño que MinHo se haya perdido esto — comentó con una expresión decepcionada.
MinJi tomó mi mano, como si fuera una niña pequeña; debo admitir que fue encantador. Nos dirigimos hacia la camioneta, sin que su expresión cambiara. Incluso podría jurar que estaba a punto de llorar. Conozco esa sensación. Conduje hasta un restaurante de hamburguesas que sabía que le encantaría. No suelo ser tan refinado como MinHo, que frecuenta locales de cinco estrellas con vino y formalidades.
Mientras esperábamos la comida, MinJi me contaba cómo le había ido en el día, pero su voz todavía denotaba tristeza. Esto es culpa de MinHo. Realmente, esto es culpa de él y sus estúpidas reuniones.
«MinJi está extremadamente triste. Y es tu culpa, joder. ¿Hasta cuándo tu trabajo va a interferir en todo? Estoy almorzando con ella, luego iremos a comprar un par de cosas.
En minutos, sonó el teléfono y sé que era la respuesta de él.
»¿Está triste porque no salimos a comer? Sung, soy el jefe. ¿Cómo abandono todo así? Era una reunión muy importante.
«Debes entender que tu hermana es más importante que una maldita reunión. ¡Su expresión de tristeza y desilusión fue única! MinHo, debes arreglar esto. No es la primera vez que lo haces.
No quise decirle más. Sabía que luego ella se sentiría triste. Pero es lo correcto. El trabajo no puede ser más importante que la familia, y siempre la deja plantada por una reunión u otra cosa. La entiendo perfectamente. Estoy seguro de que deseaba almorzar con MinHo. La emoción que mostró al recogerla era enorme.
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❝Atado a las sabanas de mi Jefe❞ 『•MinSung•』
Romance❝Han JiSung, un joven Malayo que huye de su familia adinerada y llega a Miami, donde se convierte en el asistente de Lee JongSuk, el dueño de una transatlántica. Años después, JongSuk se retira y le deja la empresa a su hijo Lee MinHo, que se enamor...