Capitulo 7

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El jet lag y la pelea con MinHo no me habían dejado dormir en paz. Estaba tomando café desde el balcón de la habitación, y sinceramente, Madrid era increíblemente hermoso. No sé por qué no había venido antes. ¿O es que a papá solo le gustaban los lugares como Alemania, Suiza y así?

A las 7:30 ya había decidido ducharme y arreglarme. La mañana estaba fresca, pero probablemente más tarde España estaría hirviendo. Busqué algo que ponerme que no me diera calor y que fuera adecuado para las reuniones a las que asistiría.

Después de arreglarme, busqué mi teléfono, mi bolso, el portafolio y la agenda. Todo lo necesario para la reunión. Me veía sencillo pero adecuado para las reuniones. Llegué al restaurante para desayunar tranquilamente y esperar al petulante de mi jefe con el cual no quería hablar. No después de lo que sucedió ayer y de su manera de hablarme.

Después de disfrutar mis ricos huevos revueltos y las frutas, me encontré de frente con MinHo. Con su sexy traje azul y camisa blanca. Jodidamente hermoso pero jodido de la cabeza. Tenía el cabello despeinado y un aspecto de que no había dormido bien. Lo ignoré y seguí tomando mi jugo de mora, mi favorito sin duda alguna. MinHo no dijo nada y simplemente se sentó enfrente de mí, pidió su respectiva comida y luego dejó su mirada fija en mí.

—JiSung, discúlpeme, le hable muy mal ayer y lo sé. Es que, estaba frustrado al tener la presencia de HyunJin.

—Tranquilo, señor Lee. Ya pasó.

—No pasó. Sé que si no decía que eras mi chico, HyunJin iría tras de ti, te acosaría, hasta haría cosas que no quiero imaginar... —cerró sus ojos.

Mierda. El tal HyunJin debió haber hecho algo grave para que MinHo se pusiera así. Y aún más, se molestara al pensar que iría detrás de mí. Pero esta vez, no preguntaría. No quería otra respuesta como la de ayer. Prefería que la duda me consumiera vivo.

MinHo desayunaba tranquilamente y yo simplemente lo veía. Dios, era hermoso. Jodidamente sexy. Sus labios delgados, su rostro hecho por los dioses, hasta sus cejas me encantaban. Joder. No sé de qué estoy hablando.

—Han arreglado la sala de reuniones del hotel, a las 9:00 estaremos allí. Luego a las 12:00 tenemos un almuerzo en una empresa y a las 3:35 tenemos otra reunión aquí mismo. Luego de la ultima reunión estás libre, por si quieres hacer algo más.

—Gracias, señor Lee.

Él solo asintió y siguió comiendo. Que antipático. ¿Será que lo mato? ¿Acaso no puede decir algo más? Me obstina. Este hombre me vuelve loco. Y no sexualmente. Creo.

Estaba horriblemente cansado

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Estaba horriblemente cansado. Las reuniones me habían dejado agotado. La cabeza y los pies me dolían mucho, y los oídos también. Escuché de todo y anoté todo lo que pude. Debía hacer parte de la traducción, ya que MinHo habla muy poco español y los socios hablan poco inglés. Fue un pequeño desastre, pero todo salió bien. Eran las 5 y ya estaba libre, así que decidí ir a la piscina del hotel. Mañana tendríamos una última reunión y luego en la noche nos iríamos a Alemania.

Me puse mi short azul de traje de baño, con el abdomen descubierto.

Pedí un cóctel en el bar de la piscina y me acomodé en la silla de extensión para poder broncearme un poco. Hacía tiempo que no disfrutaba sentarme en la piscina a tomar algo.

Lee MinHo

Me cansé de tocar la puerta de JiSung para ver si estaba allí. La manera en que salió de la última reunión me dejó claro que estaba cansado. Quería darle la noticia de que mañana iríamos a Zahara de los Atunes antes de irnos a Alemania. Sabía que eso le alegraría y tendría un descanso más.

Al bajar a la piscina para comer y tomar algo, no esperaba encontrarme con ese hermoso ángel que estaba ante mis ojos. Mierda. Se veía muchísimo mejor en short azul. Ese color realzaba su cuerpo y su piel. Sentía que la bermuda se rompería. Mi erección me delataba. JiSung no se había dado cuenta de mi presencia, así que seguía tranquilo tomando cóctel y revisando una revista. Decidí acercarme.

—Que placer el mío encontrarlo así y aquí.

Se asustó y luego una sonrisa se pintó en su rostro. Hasta eso me encantaba de él. Ni que decir de lunar en su cachete.

—Señor Lee, no lo esperaba aquí—se tapó un poco con las manos su abdomen.

—Estaba buscándolo, JiSung.

—Oh... Si, dígame señor.

—Pospuse la reunión que teníamos mañana y he decidido que vayamos a conocer Zahara de los Atunes. ¿Qué te parece? Un día de playa y luego nos vamos a Alemania. Lo mereces luego del día de hoy.

La emoción le invadió el cuerpo y se le notaba. Estaba extremadamente feliz. Se levantó rápidamente de su silla y se tiró hacia mi, abrazándome y dándome las gracias. Joder. Este chico me iba a matar.

—Disculpe señor, creo que me excedí.

Cuando intentó despegarse de mi, pasé mi mano por su espalda y lo dejé justo donde estaba. Pegado a mi. Nuestras respiraciones chocaban y él no sabía dónde meter la cara. Creo que no le gustaba estar así conmigo.

—Mírame—subió el rostro y me miró fijamente—. Que ojos tan preciosos tienes.

—Gracias, señor Lee.

—Dime MinHo, por favor.

—MinHo, esto es incómodo y no creo que sea lo indicado—susurró.

—¿Por qué?—dije casi que en sus labios—¿Por ser tu jefe?

—Así mismo MinHo...

Apretuje más mi agarre y quedó a nada de mis labios. Si no lo hacía ahora, no sería nunca. Este chico me tenía loco. Nuestros labios se unieron y aunque al principio la sorpresa no le dejó seguirme el beso, luego lo hizo sin problema alguno y colocó sus manos en mi espalda, pegándome más a él. Su lengua invadía mi boca y mientras más me besaba, más loco me ponía.

—Vamos a la piscina... —susurre.

Me quite la camisa y los zapatos. Seguido de eso, nos lanzamos en la piscina que estaba sola sin contar a una familia y los que trabajaban allí. Lo tenia solo para mí.

—Tengo que decirte algo, Han.

—¿Qué?—preguntó sin mirarme.

—Me tienes loco. Desde el día que llegue a la oficina por primera vez.

Se volteó y me miró sorprendido, pero su rostro no demostraba nada más. Creo que arruiné todo al decir eso. No me decía nada, solo me miraba. ¿Qué significaba eso? Lo peor de todo es que me ponía nervioso. ¿Qué chico podía ponerme nervioso?

—Eso es un cumplido. ¿No?

—Eso parece.

Una sonrisa se formó en su rostro y no dijo más nada, y yo tampoco lo diría. Le acerque más a mí y lo besé. Sentía que sus labios me llamaban, y no aguante. Tenía que besarlo. Sentía la necesidad de besarlo. No sé que tenía este chico que mi atracción por él era así.

❝Atado a las sabanas de mi Jefe❞ 『•MinSung•』Donde viven las historias. Descúbrelo ahora