Mi señor.

265 29 10
                                    

La puerta de la finca fue abierta de golpe mientras el pelinegro llevaba aun en brazos el cuerpo mojado e inconsciente del chico, la sirvienta y su mayordomo lo siguieron mientras su cara de sorpresa no cabía en cada una de sus caras.

-Traigan agua tibia y algunas toallas- decía el apuesto hombre de traje y cabello bien arreglado, las mangas de su camisa blanca estaban manchadas de sangre y un poco de fango -y mi maletín, está dentro del carruaje -

-Si amo-

El pelinegro mayor camino hasta la habitación de al lado del baño, la que a veces tenía para visitas y dejo el cuerpo delgado del chico allí.

Sus ojos estaban completamente cerrados, su rostro magullado y la sangre que salía de su pierna le hacían darse cuenta de la gama de daño que el joven había recibido.

Lo comprendía, el collarín de color vino que estaba sujeto a su cuello le hacían darse una idea del porqué.

Cerro sus ojos y suspiro largamente.

Esa sería una noche muy pesada.

.

.

.

.

.

.

.

.

Acomodó los lentes sobre su nariz y cerro el sobre con los papeles dentro, se relajó un poco al ver que las ganancias ya habían sido altas este último bimestre.

La industria de la farmacia ambiental y algunas otras cosas que el mismo había creado estaban arrasando dentro del reino y los vecinos, al ser el un científico tal y como le había inculcado su padre , había tenido por fin sus frutos.

Obviamente tenía sus pros y sus contras, pero estaba realmente agradecido por los resultados.

El carruaje se meneo nuevamente a uno de los lados haciéndole golpear su hombro con la ventanilla de la derecha , el camino empedrado hacia su hogar era bastante y siempre le había desagradado pasar por ahí.

O era ese camino, o el basto y largo tramo de tierra que hacía que se tardara dos horas en llegar.

Pero solo había una cosa que le disgustaba aparte de las piedras del camino que hacían sacarle más de un moretón.

Al ser una área llena de árboles y gruesos espinos , era el lugar perfecto para los ladrones y asaltos.

Era por eso que siempre llevaba un arma encima.

Dejo de pensar demasiado en eso en cuanto la carroza se movió mas brusco de lo normal , un grito por parte de su cochero le hizo arquear las cejas.

-Que sucede Hen?- pregunto el pelinegro sacando la cabeza de la ventana para ver al hombre bajara de la silla alta del conductor, el hombre se dio la vuelta al lado contrario y soltó un ligero grito.

-s-señor...- oyó al hombre decir , San abrió la puerta y salió al fango que había en el camino, estaba lloviznando pero lo suficiente como para causar que algunas partes del trayecto se volvieran charcos de lodo -c-creo que mate a alguien...-

El azabache rodeo el coche y pudo ser testigo de un cuerpo que estaba abajo del transporte con el rostro y ropa llenos de lodo y alguna que otra herida.

Su cara no lo mostró, pero de inmediato una preocupación se halló en si mismo.

-Que hiciste exactamente?-

Yours (Woosan)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora