Yours (Woosan)

El daño ya esta hecho (I)

Yeosang siempre escuchó hablar del famoso Hoongjoong y el amor del rey hacia el.

Unos meses después de su llegada al palacio, los rumores respecto a el trato y cambio tan radical que tuvo el mayor  fueron el pan de cada día.

Todos siempre decían que la mirada del rey era diferente cuando escuchaba la voz de aquel esclavo, que el color de sus mejillas era mas vivido cuando hablaba con el y claro, que inclusive sus fuerzas eran mayores cuando el estaba a su lado.

Por eso, aquella noche que su amo lo tomo con locura y que sus labios pronunciaron ese nombre por millonésima vez, decidió salir un momento a tomar aire fresco.

A partir del accidente fatal que Jongho había sufrido, lo había visto muy pocas veces. 

Estaba mejorando, eso era evidente.

Pero el sabia que había un miedo inminente del que no habían hablado y que inevitablemente, podía ser una realidad.

Una vez que un esclavo de collar negro se accidentaba o sufría algún percance, era super rarísimo que volviera a trabajar. Solo habían dos opciones.

Que lo vendieran.

O que muriera de hambre al no ser alguien útil.

Estaban hablando del palacio, un lugar donde tenias que desquitar el pan de tu boca y las sabanas de tu cama. No quería pensarlo tanto, un intento obviamente inútil.

Se sentó en unas de las piedras del jardín que daba a los viñedos, los trabajos de reconstrucción habían empezado recientemente.

Suspiro hundiendo su rostro entre sus manos y llorando.

No sabia que hacer y la desesperación amenazaba cada rincón de su mente.

-Te ves cansado...-

Yeosang se asustó al oír la gruesa voz, se puso de pie y vio tras el a un hombre encapuchado, la luz de la luna enfocaban levemente su rostro, en su mano sostenía una daga color plata, sudo frio al notarla realmente afilada.

-¿Q-que quiere?-

-No quiero hacerte daño...- El timbre de su voz a pesar de ser grave, era calmada. No alcanzaba a ver mucho pero una ligera cicatriz se asomaba por su mejilla -¿Te llamas Yeosang verdad?-

-¿Porque quiere saberlo?-

-Oí que el rey muestra preferencia por ti...- Se acerco, por inercia el menor retrocedió -Y por lo que vi, puedo confirmarlo-

Yeo entrecerró los ojos, no lograba imaginar la intención del extraño hombre, sentía miedo y no podía siquiera ocultarlo.

-No me ha dicho su intención...-

-Solo quiero saber una cosa...- El hombre se quito la capucha, Yeo no se movió ni un solo centímetro -¿El... te hizo daño? ¿Te ha tratado mal?-

Yeosang se tomo las manos, de todas las cosas posibles a preguntar aquel ajeno le cuestionaba algo sumamente especifico, no sabia porque pero no tenia esa facilidad de mentir, de hecho casi nunca.

Pero había algo en ese joven que quería averiguar también, así que hablaría sin rodeos.

-¿Como tratar mal algo que le pertenece señor?-

-¿Alguna vez lo has querido?-

-No-

El joven apretó la daga, se quiso morder el labio más aguanto las ganas con gran firmeza.