Deseo y satisfacción.

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Se vio en el espejo para suspirar lentamente mientras sus manos tocaban sus costillas con un poco de delicadeza.

Aun se veía delgado, siempre lo había sido, pero en esos últimos años en vez de subir había estado bajando mucho de peso.

Era por eso que pensaba que no se le veía bien la ropa que el Amo Choi le había escogido.

Sin embargo, debía de obedecer, eran ordenes de su señor.

Esa noche irían a una reunión de unos simpatizantes del trabajo de su amo, al ser reconocido casi por todos por el gran trabajo que hacía era común que le invitaran a fiestas, cenas y ese tipo de cosas.

Y era de ley, que si tenías un SXL llevarlo contigo, algo así como símbolo de grandeza y dominio, pura porquería para reflejar quien era más poderoso y rico.

Bueno, ese no era asunto de él.

Tomo la vestimenta parte por parte, era solo un pantalón de licra negro ajustado con una camisa de algodón color crema que dejaba ver su cuello, nada fuera de lo común...aunque un poco provocativo si podía declarar su opinión.

El castaño se acomodó mejor la ropa y después suspiro largamente otra vez.

Tenía entendido que eran los amos quienes elegían incluso tu ropa, nunca en su estancia con Bang siquiera le habían dado una decente, así que era extraño verse tan bien cuidado.

Se bajó la camisa no sin antes ver la cicatriz de forma ovalada debajo de su cadera con un poco de dolor.

Sacudió su cabeza y luego suspiro.

Nunca se te ocurra decirles a los demás tu verdadero origen...

Y nunca lo haría, ya había pasado una vez y el hecho de recordar esas partes de su pasado hacia que le doliera demasiado la cabeza...era mejor dejar de lado esas cosas y no pensarlas detenidamente una y otra vez.

-El amo Choi pregunta si ya está listo- se asomó uno de los sirvientes de la casa, Woo se volteo y asintió suavemente, el hombre adulto de canas sonrió y salió de su vista.

Se dio una última mirada, su rostro no se veía tan mal por la ayuda que hace rato le habían dado una chica y una señora que se encargaron de ponerle quien sabe cuántas cosas del diablo sobre su rostro, también se les agradecía el esfuerzo.

Salió del cuarto y bajo las escaleras, justo al lado de la puerta ya el pelinegro le esperaba, la mirada de Woo mostró sorpresa y asombro genuino.

Si algo podía admitir del misterioso azabache, era su belleza y autoridad, sus ojos eran algo que envidiar ya que eran fuertes y profundos, más si se peinaba hacia atrás -como ahora estaba.

-Es hora de irnos ...- le dijo el mayor jalándolo de la mano y tomándolo de la cintura, el menor se tensó un poco y luego le miro hacia arriba con interrogación.

-S-señor?-

-Debes permanecer a mi lado todo el tiempo, a menos de que te lo diga ¿esta bien?- le dijo el pelinegro mientras caminaban al carruaje -por cierto...estas hermoso-

-G-gracias señor- respondió el castaño torpemente mientras subían al transporte comenzando a andar.

Era extraño, aun lo era... recibir ese tipo de cumplidos que jamás creyó siquiera que existían.

Pero no se sentía mal, o bueno eso trataba de convencerse.

Porque cuando eres acostumbrado a un tipo de trato durante tantos años, puede volverse una necesidad el recibir eso mismo tiempo después...

Yours (Woosan)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora