EPILOGO

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☙◉✤◉✤◉✤◉❧

Eres tú el único, mi único amor

Mi ilusión, mi amor embriagador

Me inyectas de felicidad

Tú eres de mí la otra mitad

Mi verdadero amor

☙◉✤◉✤◉✤◉❧


El campo umbrío, el cielo torvo y el ambiente frío, se volvió el escenario de su quimera, junto al perfume que le trajo la imagen que anhelo ver muchas veces en sueños y que ahora se mostraba en su realidad.

Seokjin quiso pellizcarse así mismo, despertar de la ilusión engañosa que hacía palpitar su corazón con desenfreno, pero no fue un delirio de su mente, era él, la persona protagonista de sus llantos nocturnos y sus suspiros de añoranza.

Namjoon realmente estaba frente a él, cubierto por un largo abrigo negro y un sombrero fedora de la misma tonalidad. Aunque no pudo pasar por desapercibido la larga cicatriz queloide que cruzaba su mejilla izquierda y se perdía en sus sienes. Seokjin conocía el origen de esa cicatriz, años de amistad con Jimin le sirvieron para descubrir todos los enigmas de la familia Park y los sucesos detrás de la "supuesta" muerte de Namjoon.

Muerte que Seokjin lloró por cuatro años.

Que estúpido.

Jimin lo vio sollozar, lo vio derrumbarse, lo vio deprimirse durante su embarazo, lo vio criar a su hijo solo, lo vio llevarle flores todos los años. ¿Entonces porque le mintió sobre la muerte de su hermano?

Un remolino de sentimientos le apretó el pecho, predominando la ira, la traición, la decepción y...

—Es papá de la foto —le susurró Taehyung en su oído, como si fuera un secreto entre ambos, haciéndole regresar de sus pensamientos y asimilar bien su realidad.

Si, Namjoon estaba vivo y era la primera vez que padre e hijo se conocían en persona.

—Si... —musito apenas, incapaz de formular más palabras por el nudo que apretaba su garganta.

Namjoon camino cojeando con la ayuda de un bastón, acortando la distancia que los separaba, siendo estudiado abiertamente por Seokjin y por el pequeño que se aferraba a su cuello.

Sintió vergüenza de repente. El Namjoon apuesto y vigoroso de hace cuatro años atrás había desaparecido junto a las llamas que incineraron su pasado, quedando solo un hombre inválido de treinta y uno años de edad.

—Hola —saludo nuevamente, retrayendo un poco la mirada bajo el sombrero, sintiendo vergüenza de su aspecto ante los ojos curiosos del pequeño.

Sin saber que Taehyung detallaba su rostro con admiración y felicidad al conocer por primera vez a su padre.

—P-porque.., tu... —intento formular Seokjin, pero el llanto pudo más que todos sus sentimientos.

—Lo siento mucho —pronuncio con arrepentimiento el menor.

—Lo sientes —bufó el doncel, derramando más lágrimas. —¿Acaso es que nunca dejare de ser un juego para ti? ¿Qué pretendes apareciéndote frente a mi como si nada?

—Papi no lloles —dijo Taehyung, limpiando con las mangas de su sudadera de patitos las lágrimas del doncel.

—Esta bien, cariño. Papá ya no llorara nunca más —respondió Seokjin, inhalando profundo en un intento de calmarse y detener el flujo de sus lágrimas.

EL LLANTO DEL COLIBRI (Namjin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora