CAPITULO 13

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Namjoon trago duro, respirando raudamente, mientras pequeñas gotas de sudor resbalaban por sus sienes y se perdían en sus cejas.

Inspiró profundamente, cargándose de valor, mirando la gran propiedad que se asomaba tras la ventana y salió del vehículo que permaneció estacionado por al menos una hora frente a la mansión Kim.

Se pellizco inadvertidamente las piernas, tratando de espantar los nervios que le impedían dar un paso adelante.

—Vamos Namjoon. ¿Desde cuándo te volviste tan cobarde?.. —se dijo a si mismo, apretando con algo de fuerza el folder que llevaba en sus manos.

Con un último suspiro, cruzo la calle que lo separaba de las grandes rejas blancas y llamó a través de la campanilla de puerta. Pasaron alrededor de cinco segundos cuando la doncella abrió la puerta de la mansión y se acercó a las rejas dobles.

—Señor Park, buenas tardes —saludo con una reverencia, un atisbo de sorpresa remarcando su joven rostro.

—Hola. Porfavor, quisiera hablar con Kim Jaehyun.

—Permitame unos segundos, le comunicaré al señor sobre su presencia.

—Claro, aqui espero.

La incertidumbre de saber cómo Jaehyun tomaría la noticia de su presencia, provocó que un nudo de pesadez se instalará en la boca de su estómago, amenazando en hacerlo vomitar.

Las puertas se abrieron de par en par y la misma doncella salió de ellas, llevando consigo un juego de llaves.

—El señor Kim lo espera en su despacho —le comunico, mientras abría las rejas y le permitía a Namjoon el paso.

Namjoon agradeció y cruzó a prisa el vestíbulo, el salón y el pasillo hasta llegar a las grandes puertas de caoba. Alzo la mano con la intención de tocar, pero antes de que sus nudillos chocarán con la madera oscura, la puerta se abrió revelando la presencia de Jaehyun.

—Entra —ordeno, haciéndose a un lado, sosteniendo aún el picaporte de la puerta.

Namjoon lo saludo con una reverencia y se adentro hacia el interior, permaneciendo de pie con los ojos puestos hacia el frente.

—Siéntate —le ordenó el mayor.

Namjoon corrió al asiento frente al escritorio y se sentó en el, obediente como un niño.

—Te escucho —pronunció con voz fría el mayor, recargándose sobre el respaldo de su sillón de cuero negro, cruzando sus brazos sobre su pecho.

Namjoon se encogió apenas ante la mirada que recibía, tragó saliva, recuperando su habla y extendió su diestra, exponiendo el folder de tapa marrón.

—Son los papeles del divorcio. Sellados y firmados, como lo ordeno con su abogado.

Jaehyun tomo el folder y examinó el contenido, quedando satisfecho con la firma de Namjoon plasmada por encima de su nombre.

—Se que le debo una explicación —continuó el menor, llenándose de valor —, y prometo dársela, como también prometo cumplir cualquier castigo o consecuencia que usted disponga por mi falta, pero... —respiro hondo, tratando de apaciguar a su eufórico corazón—. Por favor, permítame ver a Seokjin una última vez.

Jaehyun frunció las cejas y apretó los labios, no gustándole la idea de que Namjoon viera a su nieto, no cuando Seokjin recién comenzaba su tratamiento psicológico. Pero ya suficiente había intervenido en la vida del doncel, era momento de que Seokjin decidiera por si solo.

Namjoon vio a Jaehyun ponerse de pie y caminar hacia la puerta, llegando solo a tocar el picaporte cuando se volteó a encontrarse con su mirada.

—Ven conmigo —ordenó y Namjoon tuvo que parpadear un par de veces seguidas ante la confusión, más se puso de pie lentamente para obedecer

EL LLANTO DEL COLIBRI (Namjin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora