Capítulo 30

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"El dolor de perder a alguien nunca desaparece, pero con el tiempo se vuelve más llevadero." Nayeli Cruz

Ethan Smith

Tiempo atrás.

—Bueno, señor Smith, lamento decirle esto, pero su condición ha empeorado —escuchar eso fue como si me arrojaran un balde de agua fría—. Usted ha empeorado en vez de mejorar.

—¿Estoy peor, entonces? ¿Voy a morir?

—Si se cuida y no tiene noticias fuertes, sí. Pero tiene que tener más cuidado. No puede correr, comer comidas con muchas grasas, ni hacer actividades que impliquen cansarse, como nadar o saltar.

—Entendido. ¿Cuánto tiempo me queda? —pregunté con duda.

—No más de uno o dos meses sin que reciba una mala noticia.

—Está bien. No quiero que mi familia se entere, doctor —sentencié.

—Por supuesto, no se preocupe.

Será muy egoísta de mi parte no despedirme de ellos... porque de verdad no quiero verlos a la cara y decirles que me voy a morir.

Salgo de la cita médica que se suponía era un juego de golf. Tomó mi auto e intento dejar de pensar en todo lo que me acaba de decir el doctor. Conduzco de camino a casa y cuando llego, veo a Amelia aprendiendo lo que se supone es tejer crochet mientras mira tutoriales en YouTube. Sonrío al verla batallar con todo.

—Ugh, ¡me rindo! —grita.

—Hola, cariño —hablo, y ella me mira en mi dirección. Me ve y sus ojos se iluminan, como siempre lo hacen cada vez que me mira desde que me conoció.

—Holaa, guapo. ¿Qué tal el juego?

Con un nudo en la garganta, sonrío.

—Muy bien, ¿Qué tal el crochet?

—Lo odio, no puedo —señala el bulto que tiene en la mesa—, se supone que esto es un ¿corazón? Ash, ¿por qué no puedo aprender? —murmura en un puchero.

—Te ves adorable cuando haces tus berrinches.

—No te hagas el chistoso, eso no te va. ¿Has hablado con los niños?

—No, les hablaré más tarde. —La miro y acaricio su mejilla con ternura—. Te amo mucho y siempre te amaré, mi vida.

—¿Es eso una despedida? —susurra, dudosa.

—No, solo quiero que sepas cuánto te amo —le miento.

Actualidad.

Amelia De Smith

Dicen que cada uno dirige su destino y cómo quiere manejarlo. Me encuentro en el cementerio, frente a las tumbas todavía abultadas de mi esposo, mi suegra y mi nieto.

—Aquel "te amo" fue tu despedida, ¿verdad, cariño? —una lágrima cae en mi mejilla.

—Todavía te pregunté si era una despedida y tú me dijiste sonriente que no, y te creí. Creí que solo era un mal presentimiento y ¡qué pasó!

Lazos Tentadores (+18) #2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora