Capítulo 4

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CAPITULO EDITADO Y CORREGIDO.

¿Un Abogado? Si, Necesito a alguien que nos proteja de las tentaciones como tú.

Liam kozlov

Nada en esta vida es perfecto; siempre hay un quiebre o algo que nos hace caer, una tentación a la cual no puedes resistir.

Ha pasado un mes desde el atentado que sufrió mi madre, y he estado buscando información, pero parece que alguien la está borrando deliberadamente.

Estoy en una pelea clandestina. Nadie de mi familia sabe de esto, ya que es la forma en que me libero del maldito estrés que tengo. El hombre que tengo enfrente tiene un ojo reventado, y siento una extraña satisfacción al ver cómo pierde vida poco a poco con cada golpe que le doy. Lo tiro al suelo de un puñetazo en la nariz.

Me subo encima de él y continúo golpeándolo. Nadie me detiene. Sigo golpeándolo hasta que veo que ya no se mueve. A pesar de que el hombre medía uno noventa, no recibí ni un solo golpe. Me pongo de pie, me quito los guantes y miro a Máximo, quien niega con la cabeza. Él es alguien importante para mí, fue quien me recogió y me ayudó a desahogarme cuando mataron a mi padre. Esta ha sido mi forma de pasar el duelo. Llevo cuatro años en esto y no me arrepiento. He perdido la cuenta de cuántos he matado en ese ring.

—Liam, ¿qué te ocurre?

—Nada en particular, prefiero no hablar al respecto.

—Entendido, pero quiero que sepas que siempre puedes contar conmigo, ¿de acuerdo?

—Sí, ¿cuándo planeas organizar otra pelea para mí? —pregunto mientras me deshago de la ropa manchada de sangre.

—Recuerda que tú tienes la última palabra en eso.

No le respondo y me dirijo hacia las duchas. Permito que el agua caliente caiga sobre mi cabeza mientras no puedo dejar de pensar en la complicada vida que llevamos. Ale ha sufrido de manera diferente, mientras que Alek, bueno, es como un bloque de hielo que no muestra emociones después del duelo.

Después de media hora, salgo de las duchas y me cambio en unos vaqueros rotos en las rodillas, una camiseta y una chamarra de cuero. Me dirijo hacia el despacho y encuentro a Máximo revisando unos papeles.

—¿Cómo va todo con el casino? Necesito resultados positivos. —le pregunto.

—Vamos bien, está funcionando sin problemas. —responde él.

—Perfecto. Tenemos que mantenerlo en orden porque planeo abrir otro casino con un club incluido.

—¿Ya le has hablado a tu hermano acerca de todo esto?

—Max, sabes que me adentré en este mundo debido a todos los problemas del pasado. Es como una vía de escape para mí.

—Entiendo, niño. —digo en tono de resignación, luego tomo mi arma y salgo de la oficina. Máximo no me detiene y me dirijo hacia la bodega de armas, donde debo hacer el inventario de la semana.

Treinta minutos después, llego, bajo del vehículo y me dirijo al lugar donde se encuentra todo. Comienzo con las tareas y después de tres horas, termino. Salgo y vuelvo a subir al jeep, esta vez en dirección a la empresa donde está Alek.

Subo por el ascensor hasta el último piso y la señorita Jones, su secretaria, me sonríe al verme. Hace unas semanas tuvimos un encuentro sexual, pero parece que ella es de las que buscan solo una noche, ya que ha estado actuando como siempre. Entro a la oficina de Alek y lo encuentro frente a su laptop abierta.

Lazos Tentadores (+18) #2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora