Lazos Tentadores (+18) #2

Capítulo 16

CAPITULO EDITADO Y CORREGIDO

El miedo es algo que nosotros mismos catalogamos como una debilidad, cuando no es así, el miedo es solo algo que creamos los seres humanos para ver un sentimiento como una limitante. El miedo puede llegar a limitarnos de muchas cosas, pero te limitará si tú le das el permiso. Nayeli Cruz

Liam Kozlov.

Según la física, dos polos opuestos se atraen. Ilógico, ¿verdad? Los dos somos personas con personalidades diferentes que chocan en cada decisión. Si yo digo no, ella dice sí. No sé cómo mierdas me puede atraer alguien como ella. Después de un día meditando en qué mierdas me pasa con Sara, llegué a la conclusión, bueno, llegamos con Marcos, porque él fue el primero en decírmelo.

—Qué lindo es el amor. —murmuró Marcos con una sonrisa.

—¡Que no es amor! —mascullé por ¿quinta vez? Hasta perdí la cuenta.

—Liam, sientes algo por Sara, y no me lo niegues. Porque si te gusta, ¿crees que hacer todas las mierdas que has hecho por Sara es solo para follarla?

—Pues sí.

—Eres un puto pendejo. Entonces esas entradas para ir a ver El Cascanueces, ¿solo para luego fallártela?

—Aja.

—Sabes qué, mejor dejemos esto aquí. Eres terco. Solo diré que estás enculado de Sara, aunque lo niegues.

Me dejó en la sala solo mientras él se iba cantando "Que Vuelvas". Yo solo negué. Puede que sí me guste, pero eso sería dejar libre un motivo para que ella me dañe.

Sería dejar que entre en mi corazón y que lo joda todo. Que joda mi caparazón y cambie mi pensamiento de solo sexo.

Pero si lo pensamos, el sexo es un premio de consolación. Siempre nos conformamos con el sexo, porque el amor nos daña, nos lastima. Entonces, nos encerramos en un caparazón en el cual el amor es una debilidad, una manera de ser vulnerables y que tu estabilidad emocional dependa de ella. Tenemos miedo de enamorarnos y terminar jodidos. Por eso nos consolamos con el sexo.

Es como nuestra manera de vivir la vida, pero sin amor, porque el amor es una mierda. Es como darle tu mejor versión a alguien que no lo merezca. Estoy seguro de que Sara se merece una mejor versión de mí. Eso está muy claro. Y espero poder dársela, porque yo soy una mierda de persona.

A Isa la dieron de alta ayer. Me siento muy bien porque ella esté bien. Y pues Ale no lo está, pero irá a terapia. Eso es bueno, cosa que yo también debería hacer. Pero no he hecho eso por miedo. No quiero ir porque sé que me tocará abrirme y decirlo todo. Y ese es mi peor miedo, el tener que abrirme al amor y salir lastimado.

Darle mi amor a la persona incorrecta. Sé que, si voy a terapia, me hará perder mi caparazón y no quiero.

Mi teléfono vibra y veo que es Sara.

—¿Tanto me extrañas? —le dije y ella soltó una risita que hizo que se me pusiera dura. ¡Mierda!

—No te creas tan importante.

—Ajá, claro. Para qué es bueno este hermoso ser.

—¿Maratón de pelis?

—¿De Rápidos y Furiosos?

—Sí —dijo ella rápidamente.

—Llego en una hora.

—Valeeee —y cortó la llamada. Esta mujer es momentánea. Dejé el teléfono en la mesita y caminé a mi habitación.