☆ Capítulo Uno

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Cuando dejé atrás mi ciudad natal, miles de preocupaciones me inundaron

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Cuando dejé atrás mi ciudad natal, miles de preocupaciones me inundaron.

Ser joven y entrar en la edad adulta de un momento a otro, es una experiencia desafiante que pone al límite todos tus conocimientos sobre la vida.

De un momento a otro empiezas a preocuparte por cosas que antes dabas por sentadas, como las facturas, la compra semanal o los artículos de higiene. Y aunque mis padres me ayudaron a sentir el peso de este proceso un poco más suave, en el fondo sabía que no estaban de acuerdo con mi nueva vida.

Pero de alguna manera los entendía, porque yo tampoco sabía si mis decisiones eran las correctas. Había dejado atrás un futuro prometedor, y me había arriesgado ha una nueva vida que podía fracasar en cualquier momento.

y sin embargo había conseguido salir adelante.

Me esforzaba cada día por cumplir mis sueños y demostrarme a mí misma que por muy difícil que fuera esta nueva etapa, podía reinventarme y crecer como artista.

Sabía que tenía una reputación que me ensombrecía, y que siempre habría alguien ahí fuera para recordarme mis más dolorosos recuerdos, pero estaba dispuesta a sangrar por mis sueños aunque las heridas no dejaran de doler en el proceso.

Porque quería ser feliz, merecía ser feliz.

Pero bueno, creo que ya he hablado demasiado de mí.

Sé que lo que realmente quieres oír es mi historia con Bada Lee, y aunque no es nada demasiado emocionante, quién soy yo para negarte que conozcas nuestra historia.

Nos conocimos durante el invierno, nuestras salas de ensayo están en el mismo edificio, lo curioso es que por ese entonces ambos bailábamos estilos totalmente diferentes.

El ascensor no funcionaba ese día y su sala de ensayo estaba en la séptima planta, un piso por debajo de la mía. Subíamos al mismo tiempo en completo silencio, ya que ninguna de las dos nos conocíamos en ese momento como para establer una conversación.

Al llegar a la planta donde estaba su sala de ensayo, la oí quejarse en voz baja de que había olvidado el agua con la que sobreviviría a su ensayo. La observé durante unos segundos y vi cómo estaba a punto de volver a bajar todos aquellos escalones, apesar de lo cansada que estaba, sólo para ir a buscar una botella de agua al casino del edificio

Que para su mala suerte, estaba en la primera planta.

Así que, aunque por un segundo dudé de lo que iba a hacer, me tomé como una señal del destino, el que mi madre me dijera esa misma mañana que llevara otra botella de agua.

- Oye -levanté un poco la voz, lo suficiente para que me oyera y se volviera a mirarme- toma, tengo una de más -extendí con cuidado la botella de agua en su dirección, dudando si la aceptaría o no.

Lo curioso es que recuerdo muy bien la expresión de su rostro aquel día, porque era la primera vez que sentía que alguien me miraba con tanta intensidad y alegría.

𝙄 𝙒𝙖𝙣𝙙 𝙔𝙤𝙪 ▪︎ 𝘽𝙖𝙙𝙖 𝙇𝙚𝙚Donde viven las historias. Descúbrelo ahora