☆ Capítulo Siete

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Antes de que me diera cuenta, faltaban pocas horas para que comenzara la tan esperada cena familiar que organizaban mis padres

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Antes de que me diera cuenta, faltaban pocas horas para que comenzara la tan esperada cena familiar que organizaban mis padres.

Estaba nerviosa, porque sabía que vería a Bada después de que ambas intercambiáramos mensajes a diario desde que la más alta decidió pedirme mi Kakao. Sabía que no habíamos hablado nada comprometedor estos últimos días, pero aun así no podía evitar sentirme ansiosa por el simple hecho de pensar que estaríamos tan cerca la una de la otra.

Así que mientras intentaba evitar pensar en ella, empecé a mirar lo que me pondría, sabía que quería algo cómodo y no demasiado glamuroso pero al mismo tiempo quería sentirme tan linda que pudiera hacer honor al apodo que mis compañeras usaban conmigo. Así que después de mucho pensarlo decidí ponerme un vestido blanco que se ajustara bien a la forma de mi cuerpo, sabía que tal vez pasaría un poco de frío pero la prioridad era verme bonita, aunque de todos modos tenía que llevar una chaqueta.

Me había dejado el cabello suelto y no había podido maquillarme demasiado porque sabía que me daría pereza desmaquillarme después, y lo más probable es que me quedara a dormir en casa de mis padres, así que tendría que llevar todos mis productos de cuidado facial, y eso solo ya era demasiado.

Luego de alistarme me puse a ordenar el apartamento, mientras esperaba a que llegara mi hermano mayor, se había ofrecido a recogerme después de que su hijo Yejun insistiera una y otra vez en que quería verme, y que el coche era lo bastante grande para que yo fuera con ellos. Estuve unos 20 minutos ordenando hasta que recibí un mensaje de Doyun para que bajara, comprobé que tenía todo lo que necesitaba y salí del apartamento para llegar a la avenida y ser recibida por mi único sobrino.

- Enya! -Yejun emitió un pequeño grito de felicidad mientras me daba un fuerte abrazo que no dudé en corresponder, el pequeño estaba tan emocionado de verme que me hizo sentir tan querida.

Con una de mis manos le acaricié el cabello mientras que con la otra le daba ligeras palmaditas en la espalda, había crecido mucho desde la última vez que lo vi y afortunadamente se parecía mucho a su madre, y no lo digo porque mi hermano fuera feo al contrario era bastante guapo, pero Jiwoo estaba mil veces por encima de él si hablamos de belleza.

- Mi Yejun ha crecido tanto -ahora mis manos acunaban su cara mientras le acariciaba ambas mejillas con los pulgares-.

- Te he extrañado tanto, Enya -sus ojitos me dijeron que estaba a punto de llorar.

- Yo también te he echado de menos, mi vida -besé suavemente su frente mientras sonreía, provocando que una pequeña carcajada escapara de sus labios-.

Mientras ambos apreciamos estar en una burbuja, tanto Doyun como Jiwoo nos miraron con ternura.

- Cariño, deja que Enya también nos abrace -la voz de Jiwoo hizo acto de presencia provocando que ambos nos separáramos.

Miré a mi cuñada durante unos segundos antes de envolvernos en un abrazo, ambas compartíamos muchas cosas en común y desde el primer momento en que nos conocimos nos llevamos muy bien, aunque nos volvimos especialmente cercanas durante su embarazo ya que siempre me aseguré de que se sintiera cómoda y tuviera todas las comodidades durante dicho proceso.

𝙄 𝙒𝙖𝙣𝙙 𝙔𝙤𝙪 ▪︎ 𝘽𝙖𝙙𝙖 𝙇𝙚𝙚Donde viven las historias. Descúbrelo ahora