𝙄 𝙒𝙖𝙣𝙙 𝙔𝙤𝙪~ "Ha pasado tanto tiempo desde la última vez que nos vimos, que casi olvido las ganas que tenía de besarte."
Enya Kim dedicó gran parte de su vida a la danza clásica.
Tal fue su dedicación desde niña, que a los dieciocho años fue...
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Había olvidado lo complicado que era para mí pasar desapercibida en este lugar.
De vez en cuando, infinidad de personas que no conocía posaban sus ojos en mi figura y, cuando se percatavan de mi mirada, desviaban su atención a otra parte por vergüenza.
Lo gracioso es que no me miraban porque me reconocieran y sintieran curiosidad acerca de por qué estaba en un lugar como ese, sino que el verdadero motivo detrás de sus miradas era por la descarada belleza que me habían otorgado mis padres. Puede sonar como algo maravilloso, ser tan condenadamente atractiva hasta el punto de que nadie te quite los ojos de encima, pero la realidad es que con el tiempo resulta agotador.
Mis palabras quizás estén dando la impresión de que presumo de lo que tengo, la verdad es que la mayor parte del acoso que he recibido en mi vida es porque decidí por comodidad no llevar algo con lo que cubrir mi rostro. Muchas veces durante mi adolescencia en este país, se me acercaron mujeres mayores de la nada para pedirme que fuera a una cita con sus hijos, y aunque la mayoría de ellas entendieron que yo no quería, muchas otras insistían hasta tal punto que tenía que interferir un tercero para que toda esa situación terminara, y aunque parezca una circunstancia poco regular, en realidad creo que soy capaz de hacer una lista bastante extensa en la que enumere todas esas ocasiones.
- Deja de prestarles atención y mejor mírame a mí -la voz de Bada acarició mi oído, al tiempo que apoyaba su mano en la curva de mi desnuda cintura- yo soy mucho más interesante.
Giré la cabeza para mirarla, sólo nos separaban unos centímetros, lo que podría malinterpretarse fácilmente si cualquiera de las dos fuera del sexo opuesto, pero como ambas éramos chicas, delante de toda esta gente presente Bada y yo éramos simples amigas, aparentemente bastante unidas.
- Déjame que lo dude porque -le sujeté suavemente la cara haciendo que se volteara hacia el frente- hay un chico ahí delante que es bastante guapo y al cual estoy disfrutando mirar.
Observé cómo apretaba sutilmente la mandíbula ante mis palabras, un acto que hacía evidente que mi comentario había provocado un brote de celos en todo su cuerpo.
- Si no fuera porque sé que amas ponerme celosa, en serio me hubiera enojado contigo.
Volví a girarle la mandíbula, pero esta vez con la punta de mi dedo índice, haciendo que me mirara con intensidad.
- Ni siquiera habrías podido -ahora fui yo quien acercó sus labios a la oreja de la otra y susurró suavemente- porque me quieres demasiado como para enfadarte conmigo más de un instante.
Sus oscuros orbes giraron ligeramente, porque sabía que mis palabras eran una cruda verdad, Bada Lee nunca podría enfadarse con la bella y encantadora Kim Enya, lo que la volvía realmente loca.
No dijo mucho más ante mis palabras y se limitó a acariciar silenciosamente mi cintura con los largos dedos de su mano, afortunadamente, mi larga chaqueta cubría esta acción o de lo contrario, ambas nos veríamos envueltas en un escándalo que preferíamos evitar.