Entre sueños siento como Kang reparte suaves besos en mi cuello. Intento conciliar el sueño, pero Kang no se rinde y continúa en lo suyo.
—Buenos días mi hermosa emperatriz—expresa en un susurro muy cerca de mi oído con su voz ronca matinal.
Tras estos diez años de casados y con tanta experiencia juntos, sabría que ya no podría volver a dormir.
—Su majestad, ¿Le permitiría a su humilde sierva gozar de algunos minutos más de sueño? —suelta una de sus sonrisas encantadoras mientras me mira fijamente con dedicación
—Rechazo su petición, señorita—con audacia me toma entre sus brazos como una princesa—Porque usted debe de acompañarme a cierto lugar primero.
Entre risas y bromas, dejamos la habitación hasta dirigirnos a nuestro baño ya antes preparado con antelación por las sirvientas que nos observaban. Por supuesto ya acostumbradas a nuestro comportamiento.
Kang me baja de sus brazos para sacarse su ropa, imito hacer lo mismo hasta verlo desprevenido. Intento empujar su cuerpo al balneario, pero al parecer ya sospechaba de lo que tenia planeado hacer y antes de dejarse caer alcanza a tirar de mi mano. Sumida en mi propia trampa ambos caemos al agua.
Mientras sonreímos divertidos, entra una de las sirvientas algo incomoda. Kang le cede la palabra esperando que sea algo importante.
—Sus majestades, la consorte De esta en sus últimos minutos de vida. Ella ruega una ultima reunión con su majestad la emperatriz, como su ultimo deseo.
La consorte De la mujer que fue encerrada por traición e intento de asesinato al antiguo emperador. Fue una mujer que se enamoro de un campesino, un simple trabajador de su padre, pero su único amor asesinado por el emperador y su padre. Sin lugar a dudas su belleza inigualable fue su propio castigo. En venganza del asesinato de su amado intento asesinar al emperador. A pesar de todo él no la mando a matar por su crimen y prefirió mantenerla encerrada.
En su encierro comenzaron los rumores de su practica en la magia oscura. Para este tiempo el emperador había sido agravado por una fuerte enfermedad que mas tarde lo llevo a su muerte. Su ultima voluntad fue dejar a la consorte De encerrada en la torre hasta la hora de su ultimo aliento y a pesar de todos los fundamentos que creaban para asegurar que su muerte se debía a la consorte.
Pero toda esta historia con quien ahora es mi actual marido, comenzó por su capricho de venganza contra las injusticias cometidas en su contra. Tras conocer a Kang noto que no era como su padre. Entendía el verdadero amor y devoción que Kang tenía hacia mí.
Arrepentida por intentar causar la ruina del imperio en contra de personas que inocentes, pidió volver a ser encerrada en la torre y hace menos de un año se encontraba enferma de gravedad, negó todo tipo de tratamiento con la idea de que ese era su destino.
—Iré con ella—salgo rápidamente del baño para prepararme.
—Te acompañare—prosigue Kang a lo cual acepto.
Ya preparados somos escoltados hasta los deteriorados aposentos donde se encontraba encerrada la consorte.
—Te esperare afuera—nuestras manos recién tomada se separan. Kang se acerca a darme un beso en la mejilla.
Lo miro una ultima vez antes de ingresar a la habitación. En una esquina desolada se encontraba una mujer apenas reconocible, estaba delgada, pálida, deteriorada y en su mano con un pañuelo empapado en sangre que soltaba cada vez que tosía. Me acerco hasta quedar cerca de ella.
—Su alteza, la emperatriz perdone a esta vieja por no recibirla como corresponde—envuelvo su mano en la mía.
—No te preocupes por eso. Lo importante ahora es llamar a un medico para que te atienda—intento levantarme, pero su agarre me detiene.
—No, su alteza. Este es mi destino—vuelvo a sentarme a su lado—Me quedan solo unos pocos minutos. Su alteza, hay algo que debe saber.
—¿Qué es lo que debo saber consorte De? —pregunto sorprendida
—Su existencia en este mundo ha roto la cronología y la separación de las almas. Usted no pertenece a este mundo y tarde o temprano volverá a su antiguo mundo, quizás en otro cuerpo, pero volverá donde pertenece.
Mi cuerpo se desvanece en el piso, mi corazón se detiene para soltar en lágrimas.
—No, no puede ser así ¡¡Debe haber algo que pueda hacer!!—los guardias al escucharme gritar entran enseguida—No puedo abandonarlo. Yo se lo prometí—suelto en un susurro inaudible.
Me percato de la presencia de Kang quien me sostiene preocupado y alarmado, casi con lágrimas en sus ojos. Termino por desmayarme en sus brazos.
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La brisa helada se desliza por mis mejillas como calmante, el sonido de las ramas meciéndose y el olor de las flores se sienten como un cálido recibimiento al despertarme.
—¿Ya estas despierta? ¿Cómo te sientes? —recostada en su pecho y recordando las palabras de la consorte, las lágrimas vuelven a surgir.
—¿Qué hacemos en medio de este jardín en medio de la deriva? —pregunto intentando contener las lágrimas.
—Te traje a este lugar para que pudieras despertar más tranquila—me acomoda en sus piernas para mirarme de frente—Pero parece que no funciono ¿Qué sucede Lixue?
Dejándome llevar por el momento suelto todas las palabras que la consorte me había dicho. No estaba segura si Kang pudo descifrar algo de lo que dije en ese momento, pero un cálido abrazo me envolvía tranquilizándome como un bebé.
—No me importa nada de eso—contesta Kang calmado y con una sonrisa.
—¿Por qué dices eso? Yo te abandonare y te dejare solo aquí. No quiero eso. Nuestro matrimonio debe ser para siempre y yo lo estoy rompiendo en este momento—Kang da un suave beso en la comisura de mis labios.
—No importa, porque donde quiera que estés siempre volveré por ti, te buscare y te traeré devuelta conmigo en todas vidas que tengamos. Desde nuestra boda prometí nunca dejarte ir y así será mi hermosa y amada esposa—entre lágrimas lo abrazo con fuerza—Así que ni pienses en librarte de mi aun, porque es imposible.
Porque así debe ser. Nuestro amor trascenderá cualquier línea temporal que se interponga en nuestro camino. El destino nos volverá a reencontrar y a pesar de toda adversidad, no me arrepiento de haberle escogido entregado mi vida a este hombre al cual amo con todo mi corazón y alma.
—Te amare por siempre, Kang—suelto con alegría—Nos volveremos a reencontrar. Eso te lo aseguro.
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El inesperado final de la emperatriz
Historical FictionEn la novela original, Lixue Meiniang es obligada a casarse con el emperador por el capricho de su propia familia. Tras haberse casado y convertido en emperatriz, sorpresivamente es envenenada por una sirvienta provocando su muerte. Pero este person...