𝑪𝒂𝒑𝒊𝒕𝒖𝒍𝒐 39

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—Pensé éramos amigas.

—Es verdad—su rostro se torna sombrío—Hasta hace cinco meses.

¡¿Cómo?! Hace cinco meses fue cuando me convertí en la Lixue de este mundo. Jiang li cómo...

—Agárrala—el grito dirigido a Sue Lee, me pone en alerta.

En un intento por alcanzar las llaves en la cintura de Jiang li, logra ver a través de mis movimientos y se mueve a un lado evitando que pudiera llegar hacia ella.

—¡Sue Lee! —una taza de impacta contra mi cabeza deteniendo mis pasos, mi cuerpo se tambalea cayendo al piso—Siéntala. A partir de ahora, procederemos según lo planeado.

Hago un intento por recuperarme del impacto, la cabeza me daba vueltas y apenas podía sentir como Sue Lee me ata de pies y manos a la silla.

Van tan lejos. ¿Todo para matarme?

—Sue Lee. Espero que no te estes engañando a ti misma pensando que estarás bien después de hacer esto, ¿Verdad? —aun mareada me esfuerzo para seguir—Incluso si te conviertes en la esposa de Huan yue, no podrás ocultar esto.

—¡Las cosas no se habrían vuelto así, si no estuvieras aquí en primer lugar! —grita desesperada entre una mezcla de temor y rabia.

Jiang li alza una jarra de líquido combustible a mi alrededor. Solo las familias más acaudalas podían acceder a estos recursos. Definitivamente una familia poderosa estaba detrás de ella.

Baek-ji Yi intento matarme por su obsesión. Sue Lee, por otro lado ¿Es por Kang? Siempre estuvo enamorada de él, pero Kang nunca puso su atención en ella fue por eso que se vio obligada a casarse con su hermano, pero es más es notable que tiene algún tipo de relación de interese con Jiang li.

Entonces ¿Qué hay de Jiang li? ¿Porque tiene tantos deseos de asesinarme?

—¿Por qué demonios me estás haciendo esto? —su mirada me evade--¿Por qué aparecer de repente y tratar de matarme de la nada?

No recibo ninguna respuesta de su parte más que su mirada de desprecio. Derrama el resto de combustible para prender fuego. Agarra del brazo a una espantada Sue Lee, ni ella parecía creer de lo que era capaz Jiang li.

—Es la despedida—son las ultimas palabras que recita antes de salir sin ningún arrepentimiento de la sala.

Las llamas comenzaban arder con fuerzas a mi alrededor y el tiempo estaba en mi contra.

Me alegro de que Sue Lee fuese quien atase las cuerdas. Sus nudos estaban bastante mal hechos, seguro fue por su nerviosismo. Deslizo mis manos suavemente de las cuerdas y logro soltar mis manos, con ese gran avance suelto los nudos que mantenían atadas mis piernas.

Supongo que no fue suficiente para ella envenenarme, pero, por otra parte, es solo cuestión de tiempo que las atrapen saliendo de la habitación.

Sera difícil identificar al culpable en un baile tan grande si se inicia un incendio.

Esta vez ya liberada de las cuerdas corro hacia la entrada la empujo con fuerza esperando que Jiang li no hubiese cerrado la puerta. Entrando en desesperación golpeo con fuerzas la puerta esperando que alguien del otro lado llegase a escucharme.

—¡¡Hola!! ¡¿Hay alguien ahí?! ¡¡Ayuda!!—las llamas se acercan de forma violenta hacia mí y nadie del otro lado me escucha.

A mi mente viene el recuerdo de nuestra confesión con Kang, supongo que de alguna manera me había comprometido a ser su reina y ahora estaba a punto de quedar viudo, por este planeado accidente.

Por supuesto que no voy a permitir eso, no sé qué planea lograr Jiang li, pero no dejare que se quede con mi hombre y así tenga que morir en el intento por salir de aquí, volveré con Kang.

Con un pañuelo cubro la mitad de mi cara para evitar la inhalación de humo. Con precaución me acerco a mirar por la ventana. Son alrededor de cuatro pisos hasta el suelo. Esta demasiado alto para saltar, pero es la única salida.

Las cortinas y las cuerdas serán útiles. Amarro con fuerza una cuerda alrededor de la cortina.

—Aah, Jiang li. No sé cuál es tu problema—lanzo una silla contra la ventana—pero cuando salga de aquí, habrá un infierno por pagar.

El viento remueve mi estabilidad y al ver la distancia de mejor forma ahora que esta quebrada la venta, me percato que no podre llegar hasta el suelo. Así que solo saltemos a la mitad de un piso como lo hacen en las películas. La ultima vez que intente esto no salió de la mejor forma, pero ahora no hay más alternativas.

Volteo a mirar a mis espaldas para ver toda salida rodeada en llamas.

—¡Moriré de todas formas, así que puedo hacerlo! —afirmándome con fuerzas de la cuerda, salto sin dudar.  


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El inesperado final de la emperatrizDonde viven las historias. Descúbrelo ahora