Midnight

XI. El Amanecer

Alexei se encontraba un tanto preocupado por Li: Ya era la tercera vez que le repetía algo y ella seguía sin comprender el significado de sus palabras. Y ésta no era la primera vez que sucedía en lo poco que llevaban de su cita.

―¿Q-Qué? Oh, una disculpa Alex, temo no haberte escuchado bien. ―la princesa finalmente volteó e intentó simular un bostezo con sus refinados modales.

―Pregunté si has estado durmiendo bien.

―¿Yo? Obviamente... ¿Por qué lo preguntas?

―No lo sé, quizás porque apenas son las nueve y luces algo... Cansada.

―¿Cansada? ¿Yo? ―sus palabras se arrastraban― No, no, tonterías: Tuve un día largo, es todo.

―¿Cómo de largo?

La chica titubeó un rato antes de formular su respuesta.

―No mucho, sólo... Tuve que despertarme un poco más temprano de lo habitual.

―¿Qué tan temprano? Además: ¿Por qué te despertarías tan temprano en tu día libre? ―cuestionó escéptico.

―Wow, ¿Es esto un interrogatorio chico rudo? Porque si lo es, entonces yo tendría que, que... ―su intento de juego con palabras se pausó por un largo rato, pareciera ser que su mente tratara de comprender lo que estaba formulando hace rato. Todo para concluir:― Espera ¿De qué hablamos?

―Es todo. Regresaremos al Castillo. ―se levantó Alexei, no dispuesto a continuar viendo como su novia apenas si formulaba oraciones coherentes del sueño.

Su resolución tan tajante espantó todo rastro de somnolencia en la princesa, quien alarmada protestó:

―¿Qué? Pero si apenas son las nueve: No hemos pasado ni una hora juntos...

―No importa. ―la decisión de Alexei era final― No puedes ni sostenerte en pie del sueño.

―¡Eso no es verdad! ¡Mírame! Te estoy hablando y estoy de pie ¿O no?

―Bien. Entonces dime de qué estábamos hablando justo antes de esto.

Li se paralizó.

―¿De qué estábamos hablando? Bien. De, de... Espera, no me lo digas. ―parecía esforzarse― De... ¿Conejos?

Evidentemente terminó inventándose algo al azar.

―¿Conejos?

―¡Sí! Ya sabes: Pachoncitos, regordetes, que saltan y saltan... ―hizo gestos torpes tratando de imitar a dichos animalitos.

El vampiro la miró unos segundos, antes de reiterar:

―Volvamos al castillo.

La muchacha lo detuvo de inmediato:

―¡No! ―lo tomó del brazo antes de que empezara a andar― Por favor; éste es el único día de la semana en que puedo verte...

Ante esto, Alexei volvió a sentarse. Desde que el vampiro se hubo unido a las Fuerzas de Ofensiva, su trabajo como resguardador del refugio de la Oposición le hubo reducido bastante el tiempo libre que reservaba para ver a la Princesa. Todas las noches se mantenía ocupado por montar guardia o en misiones para recolectar víveres... Exceptuando una noche semanal, la cual reservaba para Li y sólo para Li, para pasarla completa en un tiempo de calidad con su amada y, pensó que, de día, ella asimismo tendría el día libre entero para descansar y poder quedarse despierta casi toda la noche en vela con él pero; si cada vez se encontraba más y más cansada, eso significaba que quizás la princesa no había estado siendo muy honesta con él respecto a su día de descanso...