Adrick aún se encontraba despierto a dar más de las doce. Se frotaba la cabeza mientras forzaba a su cerebro a examinar por milésima vez el mapa del Reino y encontrar algo que no hubiera visto ya. Por desgracia, y aunque ya hubiera explorado una parte del bosque, aún quedaba demasiado, además, aún quedaba la posibilidad de que a su hija se le hubiera ocurrido huir hacia otra ciudad alejada.
Adrick dejó salir un suspiro frustrado: Aunque mandara a todos y cada uno de sus escuadrones para cubrir el mayor área posible, el bosque y el país eran tan vastos que tampoco darían el ancho. De igual manera, mandar todas las tropas que tenía a una sola tarea sería insensato, aún debía proteger el Reino.
Enrolló el mapa de golpe y poco le importó llegar a arrugarlo para desquitar su frustración: Oh, Li, Li ¿Por qué de entre tantos muchachos en el mundo tuviste que caer por el que menos te convenía? Si se hubiera tratado de un plebeyo o un granjero, eso poco a Adrick le importaba, el estatus puede arreglarse ¿Pero un vampiro? ¿Por qué tuvo que ser igual a Lev y dejarse engañar por un sanguinario esperpento, asesino, atrocidad de la naturaleza...? Adrick casi rompe el grueso papel ante la idea de su hija ya seca como una pasa por pasar una sola velada con su noviecito; aún no olvidaba las horribles marcas que le hubo encontrado en el brazo cuando descubrió su desobediencia. Oh, y ese murciélago: Debió castigarlo con severidad cuando aún tenía la oportunidad, fue demasiado cobarde al pensar que no le convenía hacerlo enfadar, pero, aún así no lo entendía: De su hija se esperó su desobediencia, ella siempre tuvo ideas muy... Especiales. Pero ¿Alexei? A él lo hubo mantenido a raya por años, sabía cómo controlarlo y encima era tan complaciente ¿Por qué...? ¿Por qué lo hubo desobedecido? Seguro por la influencia de su hija; le metió ideas locas en la cabeza, pero, aún con eso, el control que él solía tener bajo Alexei era demasiado para que el murciélago pensara siquiera en contestarle o seguirle el juego a su hija...
Bien, si Adrick se lo pensaba dos veces, era evidente que sucumbió ante la curiosidad: Alexei siempre tuvo una hiperfijación por la humanidad y el tener a una lo suficientemente entrometida como para avivar aún más su sed de conocimiento, bien... Ambos fueron la peor de las combinaciones. Eso y el hecho de que su hija era prácticamente el único contacto social del murciélago que no fuera él... Ahg. Muchacho ingenuo: Li era la primera chica que no huía despavorida de él, era evidente que se vería más que inclinado a sentir atracción hacia ella, pero... ¿Por qué ese simple encaprichamiento no cesó? De ser algo meramente superficial, dudaba que eso lo hubiera puesto en su contra, es decir; puede que Alexei fuera inexperto pero no estúpido: Por años le hubo profesado una lealtad tal que hasta hubo dejado de lado sus escrúpulos al momento de cumplirle los mandatos. ¿Tiraría todo el favor que se hubo ganado ante él por un capricho? No lo creía, Alexei no era así: Cuando te ganabas la lealtad del vampiro, él iría hasta el fin del mundo por esa persona...
Espera. ¿Sería posible que a Alexei realmente le importara su hija más allá de verla como un simple aperitivo?
"Usted sabe bien que nunca me agradó ver a las personas de esa forma."
Las palabras del vampiro la última noche en que lo vio resonaron en su memoria y un recuerdo vívido le hizo segunda...
. ☆ ° • . ☆ .
El rugido sordo de un disparo puso fin al latido del corazón en el que la bala dorada se hubo clavado. La mejilla del vampiro que no hubo querido acabar con él sangró por el corte rápido que le hubo hecho la bala. Sin poder reaccionar, pudo ver como el cuerpo del insurgente caía al suelo ya sin un alma dentro de sí.
―Dudaste. No debes dudar nunca.
El monarca tras de sí lo reprochó y guardó su pistola enjoyada. Las palabras del muchacho temblaron.
―Y~yo.. Es que yo... Yo... ―las lágrimas comenzaron a amenazar por brotar y las pupilas del vampiro se agitaron como gelatinas. El chico se tapó la boca, calló de rodillas y comenzó a hiperventilarse. Adrick se preguntó si debió verse igual de pequeño cuando su padre le enseñó a acabar con la insurgencia. Se inclinó a su altura.
―Alexei, calmate. Su vida no valía lo suficiente.
El timbre del chico tiritó:
―¿No lo hacía?
Su ataque de pánico no parecía más que empeorar, Adrick tomó su cabeza con sus palmas en cada lado, obligándolo a alzarla y mirarlo.
―Alexei. Mirame.
Los ojos llorosos del vampiro lo obedecieron, preguntando con su temblor qué se suponía debía hacer: Adrick le dio la respuesta de inmediato, le habló firme al inicio, suavizando el tono de a poco pero sin abandonar la estadía.
―Ya todo es pasado: Lo que acaba de ocurrir no lo puedes revertir. Déjalo ahí: En el pasado.
―Pero es que...
―No. No pienses ya en eso. Mirame y respira: Inhala primero.
El muchacho lo miró como un cachorrito perdido antes de obedecer su orden.
―Bien, ahora exhala.
El chico así lo hizo y Adrick pudo percibir como su pulso comenzaba a volver a ser estable. Asintió para aprobarlo.
―Ahora: Hazlo las veces que necesites.
El vampiro debió escuchar mal su orden porque en vez de eso lo apresó en un enclenque abrazo que pretendía ser uno que retuviera hasta un millar de hombres. Volvió a tiritar.
―Majestad: ¿Por qué es necesario hacer esto?
Adrick no tenía idea si devolverle o no el gesto de cariño: Se vio tremendamente tentado a hacerlo. Se decidió por solo rozar su espalda.
―Los insurgentes necesitan ser arrancados por completo del Reino: Si se quedan, el caos reinaría.
―¿Y por qué... Por qué tengo que ser yo el que lo haga?
La mirada de Adrick se ensombreció: Recordó que no se trataba de un simple muchacho. Apartó la mano de su espalda y lo separó de su cuerpo tomándolo por los hombros.
―Está en tu naturaleza: Morirías de hambre si no lo hicieras.
―Pero...
―Si de mi dependiera, te prohibiría tomar una sola gota. ―respondió severo, aunque, se sorprendió confesando:― Pero, eso tarde o temprano te mataría. No quiero eso para ti.
Lágrimas amargas empaparon las mejillas del vampiro, corriendo cual rocío en los troncos de los robles.
―No quiero ser vampiro...
La mirada de Adrick se suavizó por un segundo, luego volvió a tornarse de roca:
―No tienes elección.
. ☆ ° • . ☆ .
Cierto... ¿Cómo pudo olvidarlo? Alexei, a él... Nunca le agradó ser un monstruo...
Quizás fue por eso que se aferraba tanto a Li: Al tratarlo como a un igual seguro lo hacía sentir como alguien en absoluto abominable. Tal vez hasta lo hacía sentir humano...
Sería posible... ¿Que acaso hubo cometido un error? Después de todo, fue él el que le enseñó a matar...
El abrupto ruido de la puerta abriéndose de sopetón casi lo hace saltar de su silla. Se trataba de Konstantine, su Capitán.
―Señor. Disculpe que entre así. Tenemos... Un asunto fuera de Palacio.
El Rey Adrick funció el ceño:
―¿Qué clase de asunto?

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Midnight
VampireEl padre de la princesa heredera al trono, Li, siempre deja que su querida hija haga lo que guste... Exceptuando ir a "Esa torre en el castillo". Li se pregunta desde temprana edad: ¿Qué es lo que la aguarda en esa torre?