Epílogo: La Boda

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Hubieron pasado ya tres años desde la última vez que Seline fue vista por cualquiera en todo el Reino y Li no sabía si sentirse aliviada o apenada respecto al asunto: Su madre había sido una hipócrita que los hubo manipulado a ella y a Alexei para sus ambiciosos propósitos e hizo cosas terribles, pero... Ella aún así era su madre y jamás dejaría de serlo, hiciera lo que hiciera. Li se preguntaba a menudo... ¿La habrá llegado a amar en realidad?

―Mi Princesita. ―la voz de su padre entrando a su alcoba después de haber tocado la distrajo de sus pensamientos.

Li sonrió a sobremanera y corrió hasta sus brazos.

―¡Papá!

Li abrazó a Adrick con fuerza, una fuerza que se da cuando ya casi has perdido a una persona y no piensas volver a permitir que ésta huya de tus brazos. Su padre le devolvió el abrazo con cariño y le dio un tierno beso en su frente.

―¿Lista para el gran día hija?

Li casi lo había olvidado: Hoy era el día en que se uniría en matrimonio con el amor de su vida. Sus mejillas se coloraron de la emoción, su padre rió al notar el claro "Sí" en sus dorados ojos destellantes de fulgor. Era extraño: Hace tres años la habría encerrado y tirado la llave si le venía con la noticia de que desposaría al hijo de Lev, pero ahora... Ahora veía que Alexei era realmente un buen muchacho; uno que amaba con vehemencia a su hija y uno del que él se enorgullecería de llamarlo su yerno.

―Bien. Ahora anda, te llevaré hasta donde tu amado. ―le ofreció el brazo y ambos salieron de la caravana donde ahora solía residir Li: Cuando decidió compartirle sus inquietudes a su padre acerca de no querer heredar el trono, vivir de la actuación y explorar el mundo, su padre le hubo obsequiado el transporte más lindo del mundo: Li viajó por un año y medio, donde conoció a sus mejores amigos, unos gemelos que ahora eran parte de su acto. Aunque ahora que había visto la mayor parte del Reino en viajes, decidió que el lugar más hermoso y en el que quería residir siempre fue la Capital. Ahí estaba todas las personas a las que amaba... De todas maneras, su caravana se volvió tan popular e icónica que la gente ya iba a ver sus actos y shows de magia (implementación de su mejor amiga Jade) tan sólo por reconocer el enorme medio de transporte el cual, ahora difícilmente podría transportar a nadie de tan abarrotado que se encontraba.

Li sonrió con entusiasmo mientras subía a la carroza que la llevaría al lugar de su boda: Estaba más que ansiosa por llegar ya a su día especial.

. ☆ ° • . ☆ .

Alexei se abotonó el último botón de su traje y volteó para pedir la opinión de su tía: El vampiro nunca esperó tener familia más allá de sus padres y fue un golpe extraño el saber que su madre tuvo una hermana; mentiría si no admitiera haber sido frío al inicio con ella dado a finalmente conocer la verdad acerca de esa noche con sus padres y la implicación de sus parientes maternos en el asunto, pero... Con el tiempo pudo ver cuánto hubo cambiado Rain para mejor, y cuánto lo atesoraba al ser él lo único de Amanda que le quedaba.

―Te ves elegante. ―sonrió ella y, eso era evidente, pero su tía nunca fue la más hábil con las palabras, aún así, su expresión lo decía todo y eso alegró a Alexei: Él mismo hubo diseñado y confeccionado su atuendo, por lo que una opinión positiva halagaba a algo más que a sólo su aspecto.

―Gracias Rain.

El escándalo que hizo la puerta al abrirse de un sopetón alertó a ambos vampiros, pero, sólo se trataba de la enérgica Noah:

―¡Vamos! ¿Qué están esperando? ¡Ya es hora! ―los apresuró y empezó a empujar a Alexei hacia la salida; Fane ya se encontraba esperándolos con su característico sombrero de copa; a Alexei le sorprendía lo sencillo que le resultaba al vampiro siempre lucir elegante y a su vez transmitir que no le importaba su aspecto en lo más mínimo... En realidad no sabía si eso realmente era algo que ocupaba sus pensamientos. Aunque el amigo de su madre fuera tajante y pareciera alguien frío en primera instancia, se alegraba de tenerlo a su lado apoyándolo: Era bastante agradable si te dabas el tiempo de conocerlo: Él le había enseñado tanto sobre la especie vampiro sin idealizarla; así, pudo ayudarlo a conocerse mejor sin irse al extremo de engrandecerse o al de despreciarse. Seguía aprendiendo acerca de sí mismo, pero definitivamente el hecho de darle una solución tan risible de lo simple a su problema con su sed de sangre era algo que le agradecería por siempre. Quien diría que una simple flor pudiera reemplazar ese líquido tan precioso... Creía que era esa la única razón por la que Li no se negó a que tuviera un papel importante en cuanto a ayudarlo a planificar la boda; nunca entendió por qué dos de sus personas favoritas en el mundo nunca congeniaron del todo bien...

Y hablando de ella... Vaya si lucía radiante en ese vestido con tocados de rosa que él mismo le hubo regalado en honor al día en que su amor se tornaría perpetuo. Y pensar que casi todo entre ellos se arruina por una tonta discusión. Negó con la cabeza, ahora, divertido: A pesar de que a veces discutían, ahora se daban el tiempo para escucharse y no se cerraban a sólo oírse a sí mismos. Eso y haber estado separados un tiempo en lo que Li viajaba los hizo crecer, ya no eran los mismos ingenuos de cuando se hubieron conocido. Aún así, Alexei no cambiaría nada de su historia con Li en absoluto; ella le hubo enseñado a valorarse y aceptarse, y eso se lo agradecería por siempre.

Y, por la expresión de completa devoción que Li le regaló al verlo eclipsado en la caída del brillante anochecer, podía adivinar que ella tampoco cambiaría nada de su historia juntos.

MidnightDonde viven las historias. Descúbrelo ahora